Clan en desgracia (IV)

AutorMETRO / STAFF

La muerte de El Richi, lugarteniente del Cártel de Tláhuac, contrastó con la mañana del 19 de julio pasado cuando los marinos abatieron a El Ojos.

Aquel día, decenas de seguidores de El Ojos quemaron llantas y vehículos en vialidades de importancia en la Delegación Tláhuac.

Con la muerte de El Richi, ante la Marina, se temía una ola de violencia, por lo cual la Policía capitalina desplegó un número importante de agentes en diversas zonas de Tláhuac, pero no fue así.

Habitantes y mototaxistas continuaron con sus labores cotidianas una vez esparcida la noticia del enfrentamiento en la Unidad Habitacional Santa Fe.

El Richi vivía entre parrandas, coches de lujo y armas con incrustaciones de oro. Al estilo narcojunior, se decía hijo de prominentes empresarios y frecuentaba los antros de moda donde lo conocían como Richi Ricón.

Organizaba fiestas que duraban varios días, las cuales las hacía pasar por bodas y 15 años, con tal de no levantar sospechas entre enemigos y policías que lo vigilaban.

Tenía una relación muy estrecha con sus primos, Felipe Pérez, El Felipillo, y Miguel Ángel Pérez, El Micky.

Este último fue detenido meses antes en una residencia del Fraccionamiento Las Brisas en Acapulco, donde festejaba con amigos y varias chicas su participación en una competencia de motos.

Se le arrestó por el asesinato de un ex comandante mexiquense, Felipe Carmona Dávila, ocurrido el 24 de febrero de 2016, en Iztapalapa.

A la fecha sigue en la prisión.

El 6 de abril pasado, Kevin Pérez, de 16 años, otro hijo del ex líder del Cártel de Tláhuac fue detenido por la Policía capitalina junto con dos acompañantes después de disparar contra unos patrulleros en Tláhuac.

Iba en un BMW, placas E34-AEL, con Carlos Iván, de 16 años de edad, y Jonathan Hernández, de 19, con quienes hacía disparos al aire en la Colonia San Miguel Zapotitla.

Agentes acudieron para detenerlo, pero fueron recibidos a tiros y escapó hacia Periférico. La persecución continuó hasta el hotel Picasso en donde la Policía los acorraló y detuvo.

Llevaban un "tabique" de mariguana, una pistola calibre .45, así como un cuerno de chivo.

Pese a que Liliana Pérez se había alejado de su padre El Ojos, en noviembre del 2017 fue detenida con 31 tachas en un hospital de la Colonia Pedregal de Carrasco, en Coyoacán, para recoger a su esposo.

Fue trasladada ante la Fiscalía Antinarcomenudeo, quien la presentó ante un Juez de Control y fue internada en Santa Martha Acatitla.

A policías que la...

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