Clama por ayuda 'gringo rarámuri'

La primera vez que Mickey Mahaffey visitó las Barrancas del Cobre fue durante un largo viaje a pie que emprendió desde Hendersonville, en Asheville, Carolina del Norte.

Era 1997, tenía 44 años y llevaba poco más de un lustro recorriendo Estados Unidos y Canadá, aislado de su familia y amigos, acampando en los bosques y durmiendo en las calles cargando sólo una mochila.

El dolor provocado por la artritis hizo que Mahaffey decidiera darle un cambio radical a su vida: dejar la búsqueda del sueño americano y estar en contacto con la naturaleza, lo que años después, en la Sierra Tarahumara, se traduciría en vivir para servir a los demás.

Su plan era recorrer a pie las playas del Océano Pacífico y sanar. En Chihuahua llegó a Creel donde se le atravesaron las Barrancas del Cobre y los rarámuris.

Maravillado por el paisaje, Mahaffey decidió quedarse unos días a conocer la sierra.

En Batopilas se despojó de su exceso de equipaje y se dirigió en shorts y sandalias a Urique; sólo llevaba un poncho que lo protegería ante una eventual llovizna.

Una tormenta y después la nieve lo tomaron desprevenido. El camino se borró y quedó perdido. Entonces vio una pequeña choza habitada por una pareja que le dio cobijo.

"En ese momento me enamoré de los tarahumaras. Me fascinaron porque yo había vivido de nada por varios años, y cuando los conocí, y vi que también vivían sin nada, sentí como si fuera un matrimonio hecho en el cielo", advierte Mahaffey, hoy de 59 años.

Desde entonces pasa en Urique al menos seis meses al año.

COMIDA Y CARRERAS

Mahaffey trabaja desde hace dos años en mantener la tradición de las carreras de más de dos días.

Fue a través de las carreras como Mahaffey se dio cuenta de la hambruna que se vive.

"En enero organicé nuestra carrera anual, la carrera de bola. Pensamos que vendrían unos 100 -como de costumbre- y vinieron más de 500 porque sabían que íbamos a tener comida. Fue ahí cuando me di cuenta qué tan extensa era la hambruna. Algunos no pudieron correr porque estaban muy débiles.

"Les dimos comida por tres días, cobijas y 5 toneladas de despensas que...

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