La Ciudad y el Crimen / Policía criminal

AutorRafael Ruiz Harrell

La tercera semana del pasado mes de abril, nuestro diario entrevistó a una muestra representativa de la población adulta del DF y confirmó, una vez más, que a juicio de los ciudadanos la policía capitalina merece una calificación reprobatoria.

Las calificaciones que la policía recibió no podían ser peores: 4.8 en honestidad e integridad; 5.0 en capacidad; 4.5 en rapidez de respuesta ante un delito; 5.5 en el trato que le dan a los ciudadanos; 5.2 en valentía. En conjunto la calificación final fue de 4.9 en una escala de 0 al 10. Y para rematar con broche de oro: el 30 por ciento de los entrevistados opinó que el desempeño de los agentes de la SSP del DF había empeorado en los últimos tres meses. Y todavía peor: de todos los que tuvieron algún contacto con la policía, el 59 por ciento quedó insatisfecho y el 36 por ciento confesó que le pidieron mordida. ¿Es de sorprender, al ver estas cifras, que el 37 por ciento de los capitalinos tenga hacia los agentes del orden un respeto escaso o nulo?

A ratos, así sea tímidamente, las autoridades intentan ofrecer alguna explicación que justifique el desastre. "Es que ahora", alegan, "sí estamos trabajando. Ahora hacemos más arrestos que nunca. Sólo desde el primero de enero de este año hemos remitido a 29 mil 621 posibles delincuentes, 7 mil 621 más de la meta de 22 mil que nos habíamos fijado para todo el año. Hay gente que se molesta por eso, pero ese es nuestro trabajo, lograr que en la capital haya seguridad".

Los resultados

La peor manera de evaluar la eficacia de un cuerpo policiaco es considerar el número de arrestos que hace. Y no hay otra peor porque aumentar la cantidad de personas a las que se detiene es muy fácil: basta con que los agentes se pongan intransigentes ante cualquier falta mínima para multiplicar los detenidos de manera exponencial.

Lo que importa, en todo caso, es la peligrosidad e importancia de los consignados, circunstancia que se revela en el descenso de los delitos denunciados. Es decir: que las personas detenidas sean pocas o muchas es irrelevante. Lo que importa es si la delincuencia que llega a conocimiento de las autoridades está bajando o no.

Bueno ¿y cuáles han sido los aciertos de nuestros activos agentes del orden? Hay que reconocerlo: la delincuencia está bajando. En 2004 se registró un promedio diario de 511.8 averiguaciones previas. En los primeros cuatro meses de este año el promedio fue de 500.5. Realmente es un triunfo que merece premios y alabanzas: las...

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