La Ciudad y el Crimen / Los derechos humanos y el GDF

AutorRafael Ruiz Harrell

No hace tres meses siquiera que Andrés Manuel López Obrador, en frase que le atribuyó a Rulfo aunque es de García Márquez, gustaba de presumir diciendo: "En mi gobierno no hay ladrones". Como eso ya da risa, hoy anda con un nuevo dogma: "En lo que corresponde al gobierno capitalino no hay tortura ni violación a los derechos humanos". Podrá no haberse enterado que su ex secretario de finanzas se la vivía en Las Vegas, pero sí sabe qué hace cada agente del ministerio público, cada judicial, cada policía y de ahí que afirme que donde él manda no se viola ni el más pequeño derecho humano de la gente.

La declaración respondió a un motivo: Emilio Alvarez Icaza, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, presentó el jueves de la semana pasada su informe anual ante la Asamblea Legislativa y, entre otras cosas, dijo que no se había logrado erradicar la tortura y algunas violaciones a los derechos humanos seguían creciendo. El retobo de AMLO no se hizo esperar y al día siguiente ya estaba negando que ocurriera tal cosa. No obstante, conciliador y generoso, agregó que era prudente esperar porque si el ombudsman había dicho lo contrario "a lo mejor va a fundar su dicho".

Ignorancias

Con todo esto López Obrador no hace sino confirmar un viejo diagnóstico: los perredistas serán buenos para para agitar y seducir a la gente, pero para gobernar son un rotundo fracaso. La demagogia no les sale mal, pero en administración pública salen reprobados.

En este caso la prueba no puede ser más rotunda: si el jefe de gobierno estuviera enterado medianamente de lo que pasa, no le estaría pidiendo al presidente de la CDHDF que fundamentara su dicho porque lo hizo desde fines del año pasado. Si leyera las recomendaciones de la Comisión, se habría enterado desde el 29 de diciembre pasado de los brutales excesos de los policías judiciales que Bernardo Bátiz dice mandar. Las recomendaciones 10 y 11 del 2003, señalan con todo detalle las torturas sufridas por varios ciudadanos mexicanos. Ahí están los partes médicos, las fotografías de los moretones y los huesos rotos a patadas. Ahí están descritas las violaciones a las garantías constitucionales por parte de los agentes del ministerio público. Ahí está, patente, la inutilidad de una defensoría de oficio que el gobierno capitalino quiere conservar así. Ahí están los nombres de quienes emplearon sus cargos públicos para violar los derechos humanos de la ciudadanía. AMLO no necesita esperar.

Diagnóstico

El...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR