Una cirugía que cambia todo

AutorMaría Fernanda Torres

La salud de Laura Treviño pendía de un hilo.

Los intensos dolores de cabeza que padecía a causa de su hipertensión, con frecuencia la obligaban a atenderse en la enfermería de su trabajo. A veces, su presión era tan elevada, que tenía que trasladarse al área de urgencias de una clínica.

El problema de presión no era el único, desde hacía dos años también estaba al límite de desarrollar diabetes.

No era para menos, pesaba 145 kilogramos. Su edad, tan sólo 28 años.

Su problema se acentuó con el sedentarismo que adoptó en el trabajo, donde permanecía sentada por horas contestando llamadas en una empresa de call center.

La inactividad física aunada a los malos hábitos de alimentación que adquirió durante el tiempo que vivió en Estados Unidos, cuando en su adolescencia se mudó con su familia al vecino país, empeoraron su situación.

El desgaste, además de físico, era emocional. Su problema de peso aumentaba, mientras su autoestima disminuía. Detestaba las fotografías de cuerpo completo y anteponía cualquier pretexto para no asistir a reuniones sociales, ni planear vacaciones en la playa.

La obesidad había tomado el control de su vida.

A los 22 años, contrajo matrimonio, y desde entonces, su mayor ilusión era tener hijos.

"Cuando me casé y dejé de vivir con mis papás, probé todo tipo de productos que escuchaba anunciados, cremas, pastillas, hasta la alcachofa, fue lo peor que pude haber hecho, elevó aún más mi presión arterial", expresa Laura, casada desde hace ocho años.

Su estado de salud reducía las posibilidades de un embarazo sin riesgos. Así que antes de buscar la maternidad, debía atender su problema de obesidad.

"Por mi problema de salud no podía arriesgarme a tener un bebé en estas condiciones", comparte la joven ahora de 30 años. "Para mí, un embarazo es una etapa que debes disfrutar, pero con un peso de 145 kilos, no era factible".

LARGO PROCESO

La idea de someterse a una cirugía de obesidad la tenía desde antes de casarse. Si no lo había hecho, no era por falta de voluntad, esa le sobraba, sino de dinero. El elevado costo de la operación limitaba las posibilidades de hacerlo de manera privada. Alguna alternativa debía existir.

Empezó a buscar a información sobre cirugías de obesidad en internet, y entre las páginas, encontró el testimonio de una paciente que agradecía al cirujano David Arizpe Fematt, jefe de cirugía de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 25 del IMSS, por su atención en la cirugía de obesidad que le habían...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR