Cinexperiencia / El 'kit' misterioso

AutorJuan Carlos Villalobos y José María Rodríguez

Edición especial

Los autores de esta columna se encontraban tremendamente emocionados porque por primera vez en su vida alguien los había invitado a una premier, ¡y no a cualquier premier!, sino a una de las más pirotécnicas del año.

En efecto, el Juan y el Chema tuvieron la oportunidad de codearse con la gente de Universal en la presentación de Hulk (Ang Lee, 2003), donde fue notable el esfuerzo de los organizadores para ganarse la simpatía del público asistente. Uno de los presentadores platicó, con el llanto contenido, su alegría de estar en la tierra que vio nacer a sus padres; otro dijo: "Buenas noches, mi nombre es Licenciado..." y luego dijo sus apellidos, causando un gran asombro en el Chema que, acto seguido, expresó: "Ton's su mamá se ha de llamar Arquitecta y su apá Ingeniero" -¡aplausos! Pero la que se llevó la noche fue la ñora que armó la fila para entrar, pues durante media hora le estuvo diciendo a los formados que no los dejaba entrar para que no cargaran sus palomitas y dulces por mucho tiempo (¿?). El pelón dio las gracias y el Chema arrugó sus ojitos mientras cuestionaba: "¿Tú le entendiste, güey?", Juan dijo que no pero que había que ser amables con las personas. (Si alguien no está entendiendo esta columna es porque los autores andan en sus días barrocos).

Algo que llamó la atención sobremanera fue una hilera de bolsitas con el logotipo de Universal y papel de china verde desbordante que se encontraban fuera de la sala, intrigando profundamente a los que escriben: "¡Nos irán a dar bolo!", preguntaba el Juan, saboreándose la colación e imaginando la cantidad de juguetes de Hulk que vendrían en cada bolsita. Chema, que es más desesperado el carajo, comenzó a perder la paciencia cuando vio a una bola de influyentes pasar a la sala sin hacer fila y recibiendo cada quien su kit misterioso: "¡Yaaaaa, se van a acabaaaar!", vociferaba una y otra vez, hasta que por fin tocó el turno de apañarse uno de esos paquetes que nomás traían folletos de Universal Studios y promoción del juego de 3-D de Shrek (por cierto, el único juguete que traían los kits eran unas estúpidas orejas del ogro que todo mundo se puso en la sala, recreando la famosa escena de los Gremlins viendo Blanca Nieves). Lo que sea de cada quien la película sí cumple: acción vertiginosa, efectos especiales llamativos, algo de intriga...

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