Cinexperiencia / Aún más mamilas

AutorJuan Carlos Villalobos y José María Rodríguez

Orgulloso de sí mismo por sobrevivir a Bad Boys 2 (Michael Bay, 2003) y casi a punto de abandonar el cine, el Chema depositó en la basura la bolsa de palomas vacía, le encargó a la Araceli el refresco que le quedaba en el vaso y se encaminó al WC para liberarse del que ya le mortificaba el cuerpo.

En pleno desahogo, se acordó en repetidas ocasiones de la jefecita de aquellos en quienes descansaba el mérito de haber reunido de nueva cuenta a Will Smith y a Martin Lawrence para realizar esta secuela: Jerry Bruckheimer (el productor), y al ya mencionado director, los cuales han sumado sus talentos varias veces para enriquecer al cine mundial con las siguientes joyitas, nomás echen ojo: Bad Boys (1995), The Rock (1996), Armagedon (1998), Pearl Harbor (2001), y la que nos ocupa hoy, todas resultado de la mancuerna.

La película no podía ser más ingeniosa, de esas en las que un par de policías van a la caza de un traficante de drogas. La trama incluye, fíjense, un narco despiadado, gritón y con actitudes desquiciadas (¿a poco no puede haber malos serios y tranquilos?); un extranjero, para variar, (un cubano al que ¡ah! cómo le suda la frente) e interpretado por un sobreactuado Jordi Mollá (español, por cierto). A lo anterior, súmenle un par de policías que no pierden el buen humor ni a mentadas de mami, que siempre tienen un comentario gracioso, hasta cuando los golpean; que cuando le dan un tiro a un malo, le hacen la burla y a veces hasta le soplan al cañón; a ver, ¿pa' qué hacen eso?

No faltan tampoco episodios donde se ve lo grueso que se llevan entre ellos, pues ¿no anda uno tirándole el calzón a la hermana del otro? No iba a faltar el conflicto "serio" que pone en crisis su sociedad y mucho menos esa célebre escena final, tan ingeniosa como original, en la que el...

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