Cinexcepción / Regreso a Columbine

AutorHugo Hernández

Hace algunas semanas presenté en este espacio un balance de dos obras que se ocupaban desde géneros diferentes de Carandiru, el tristemente célebre penal brasileño. Felizmente esta situación se repite (el desfile por la Ciudad de dos obras que desde géneros diversos abordan la misma temática), pero con mucho mejores resultados. El año pasado celebramos la llegada de Masacre en Columbine (Bowling for Columbine, 2002) de Moore; hace dos semanas hemos dado la bienvenida a Elefante (Elephant, 2003), el más reciente largometraje de Gus Van Sant. La primera toma la forma documental y tiene su punto de partida en la masacre que tuvo lugar en la escuela del título: parte de la masacre que perpetró ahí un par de estudiantes y la contextualiza en el paisaje armamentista norteamericano. La segunda se inspira en el sangriento evento y, desde la ficción, intenta un ensayo alrededor de los posibles involucrados, concibe un acercamiento susceptible de convertirse en "la mirada desde adentro".

Si para Moore el asunto cobra relevancia cuantitativamente, para Van Sant la escasa anécdota que registra es un medio para avanzar cualitativamente. En el documental, víctimas y victimarios apenas si tienen nombre o rostro, son una cifra; en la ficción todos ellos son presentados por su nombre y poseen segmentos que los describen y los siguen de forma individual, tienen nombre y rostro. Moore asume riesgos que van más allá de lo propiamente cinematográfico, pues expone su rolliza humanidad en lugares donde es persona non grata.

Por su parte, Van Sant arriesga, y en serio, en materia de estilo; sus influencias habrá que encontrarlas en el cine europeo: en este sentido Elefante es deudora tanto de Chantal Akerman (cuya huella reconoce el cineasta) como de los hermanos Dardenne. Van Sant se lanza por una vereda peligrosa, pues atenta contra la dramaturgia clásica al no presentar un conflicto propiamente ni hacerlo en el momento en que normalmente ha de llegar. Sigue el deambular de sus personajes sin destino preciso, su errar en el interior de la escuela, de tal forma que resulta más que azaroso el ser víctima de la masacre. La narrativa se sustenta en largos planosecuencias (la cámara lleva a cabo una marcación personal, siguiendo por extensos lapsos a los personajes, sin corte de...

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