Cinegrafías

Chucky pierde su esencia malévola

Los nuevos rasgos del muñeco le restan su aterradora característica de juguete con rabia, como era antesJosé Felipe Coria

EL UNIVERSAL¿Cómo algo supuestamente satánico resulta ser simple falla mecánica? Es la pregunta que se impone para El muñeco diabólico (2019), debut del noruego Lars Klevberg. El argumento cuenta que Karen (Aubrey Plaza) le regala a su hijo Andy (Gabriel Bateman), con cierta discapacidad, un extraordinario pero feo y sin personalidad muñeco (voz de Mark Hamill) para que le haga compañía.

Se trata de un juguete de alta tecnología -tiene Inteligencia Artificial-, deliberadamente mal programado. Por eso se vuelve "loco". No como la neurótica computadora HAL 9000 de 2001, odisea del espacio (1968, Kubrick). Sino como si de verdad poseyera alma.

En realidad es un mini-Terminator (1984, Cameron), que aprende a asesinar viendo en televisión viejos clásicos del terror (la cinta "homenajea" a Masacre en el infierno [1986] y E. T., el extraterrestre [1982] para ocultar su falta de creatividad).

Klevberg dirige un derivado ?o actualización para la era digital-, del material con el que hace 31 años Don Mancini hizo su segunda película como guionista y productor. Una idea sencilla pero brillante, a pesar de ser medio ridícula. Convertir un muñeco, un juguete, en homicida debido a que un asesino serial, recurriendo al vudú, le traspasaba su alma. Perdía el cuerpo pero sobrevivía como Chucky, el muñeco diabólico (1988).

El éxito del concepto dio para dos secuelas en 1990 y 1991. Lo que siguió ya fue simple botana en La novia de Chucky (1998), El hijo de Chucky (2004), La maldición de Chucky (2013) y Culto a Chucky (2017), las tres últimas dirigidas por Mancini y enviadas directo a video, sin jamás exhibirlas. Así de buenas eran.

Lo interesante de la serie fue la capacidad para detallar cómo sobrevivía el asesino en Chucky. Cada entrega dio cuenta del personaje destrozado hasta casi quedar hecho basura. Pero resucitaba más violento.

Aunque acabó en caricatura involuntaria de sí mismo, la...

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