Cine y Algo Más/ Europa todavía

AutorRicardo Pohlenz

Durante los últimos años, el cine realizado en Europa ha vuelto a tener en México una presencia y relevancia que van más allá del circuito cultural. Por sus contenidos y por lo audaz de sus propuestas fílmicas, películas como Dobermann (1997) de Jan Kounen, Mi Vida en Rosa (1997) de Alain Berliner, y Corre, Lola, Corre (1998) de Tom Tykwer, saltaron de manera espontánea a las pantallas comerciales. Y de hecho, existe cierta expectativa en torno a sus nuevas películas. Kounen prepara una versión fílmica de Blueberry (2001), comic de Jean Michel Charlier y Jean Giraud situado en el oeste norteamericano. Todavía se espera en México El Guerrero y la Princesa (2001), nuevo thriller existencial de Tykwer, cuando está por salir su nueva Heaven (2001) con Kate Blanchet y Giovanni Ribisi. Berliner estrenó el año pasado Passion of Mind (2000) juego esquizofrénico donde Demi Moore encarna, de manera simultánea dos mujeres, una en Nueva York y otra en Francia, que se sueñan mutuamente, y prepara Las Memorias de Elizabeth Frankenstein, revisión hecha del clásico de terror, escrita por Theodore Roszak, hecha desde el punto de vista de la mujer de Viktor Frankenstein.

Uno se puede dejar llevar por el entusiasmo y pensar que, sin patria pero en Europa, se gesta un nuevo cine que, alimentado por las convenciones dictadas desde Hollywood, han desarrollado un híbrido monstruoso que -como en los años 60- conquiste el mercado mundial. Sueño que, debido a los movimientos transglobales que tiene la industria, nunca llegue a cristalizar. A Hollywood no lo interesa competir, lo que no tiene, lo compra. Como ejemplo está Alejandro Amenábar, quien después de el éxito...

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