Cine en su Casa / Violencia

AutorRoberto Villarreal

El Río y la Muerte

Canal 2, 09:30 hrs.

1954. Dir.: Luis Buñuel.

Considerada entre las peores películas del maestro aragonés, tenemos la historia de un pueblo sumido en el odio y la venganza. Dos familias, los Anguiano y los Menchaca, tienen un largo historial de asesinatos entre ellos desde un siglo atrás. Debido a tontas rencillas, primero, y a nimiedades, después, se han ido aniquilando con el tiempo.

La cinta inicia con la presentación del último de los Anguiano (Joaquín Cordero), alejado del pueblo por su madre desde que era niño y ahora médico, quien se encuentra internado en un hospital, dentro de un pulmón artificial, curándose de la poliomielitis. Hasta ahí llega el último de los Menchaca (Jaime Fernández) para retarlo.

Mientras convalece, le cuenta a su enfermera (Silvia Derbez) la historia de sus antecedentes y así se tiene el cuerpo principal de la película narrando las dificultades entre su padre (Miguel Torruco) y sus enemigos. Ya curado, su madre (Columba Domínguez) le cuenta que es víctima de insultos. Se debate entre volver al pueblo y enfrentar a su rival.

El propio Buñuel comentaba que fue una película de encargo y que le interesaba la falta de respeto hacia la vida. Hay una larga sucesión de enfrentamientos y asesinatos con costumbres que se tornan leyes y dan lugar a la impunidad porque la propia autoridad cierra los ojos ante lo que cree que es natural.

La cinta es esquemática en su narración contemporánea: el joven Anguiano se ha educado en la ciudad y tiene otra manera de pensar, alejada de los atavismos pueblerinos donde el sentido del honor se basa en asuntos sin importancia como los que maneja el joven Menchaca. El primero viste de traje entre la humilde vestimenta de los habitantes del lugar: es un mensaje como le gustaba tanto al Indio Fernández.

Paradójicamente, con los tiempos que estamos viviendo, la cinta se torna sorprendentemente vigente. Nuestra realidad regiomontana (y nacional, pero debo darle prioridad a esta ubicación que nos duele) da validez a la mala película de Buñuel y lo que se siente absurdo y ridículo es una mera lectura de lo que estamos viviendo: impunidad, venganzas entre "familias" del narcotráfico, la muerte cotidiana, corrupción de...

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