Cinco palabras
| Autor | Francisco Morales V. |
Una serie de diapositivas proyectadas en la pantalla, a las 19:00 horas de cualquier día, al momento del informe técnico: los números que todavía no disminuyen, la curva en ascenso que se resiste al aplanamiento y las mismas cinco palabras que, con el paso de los meses, a 100 días del primer contagio de Covid-19 registrado en México, encierran las miles de historias distintas de aquellos que han sido tocados por esta pandemia.
Negativos
El arquitecto Carlos Morales llegó de Pharr, Texas, todavía sintiéndose bien. Proveniente de una reunión de trabajo, volvió a la Ciudad de México antes de que la pandemia de Covid-19 llegara plenamente al País.
Tan pronto arribó, Carlos, de 53 años, recibió permiso en su trabajo para laborar desde su casa, de la cual sale únicamente dos días a la semana para recibir la hemodiálisis que necesita a causa de la insuficiencia renal.
Dos semanas después de su viaje de negocios, no obstante, comenzó a sentir ardor en la garganta y, después, temperatura.
"Estaba muy preocupado, porque soy persona de alto riesgo y la verdad es que me preocupé bastante, porque hubo un día que tuve temperatura hasta de 40 grados", relata.
De inmediato, contactó a un laboratorio privado para realizarse una prueba de Covid-19, además de un examen de sangre que le practicaron en su clínica.
Esposo y padre de dos gemelos de 14 años, Carlos pudo sonreír de nuevo: "SARS CoV-2 (COVID-19): No detectado", según se lee en los resultados que le hizo llegar por correo electrónico el laboratorio Olarte y Akle.
"La temperatura había sido a causa de una bacteria que se me metió en el catéter y por eso tenía síntomas de temperatura, de dolor de cuerpo y un poco similares, y coincidió con que me enfermé de la garganta, pero afortunadamente salió negativa la prueba", celebra, con alivio genuino en la voz a través del teléfono.
Para su colega arquitecta Diana Tamayo, no obstante, la noticia de dar negativo a la prueba significó en realidad muy poco.
Durante dos semanas de abril, según explica, pasó los peores momentos de su vida, aislada en un cuarto de la casa de sus padres.
"Todo este tiempo tuve temperatura arriba de 38 grados, también tuve dolor muscular, después vino la dificultad para respirar, presión en el pecho, mucho, mucho, dolor de cabeza, se me cerró la garganta, me lloraban los ojos. Era de verdad horrible, tenía todo al mismo tiempo", recuerda.
Diana, de 29 años, siguió todos los protocolos de seguridad e higiene en la obra en la que laboraba antes de comenzar a sentirse mal, pero no pudo evitar contagiarse de algo que, según la prueba que le realizó la Secretaría de Salud en su casa, no era Covid-19.
Aunque agradece el acompañamiento brindado por la dependencia desde que envió un mensaje de texto a la línea de atención, la dificultad para respirar de Diana resultó tan grave una noche que a la mañana siguiente tuvo que acudir al Hospital Ángeles de Interlomas, donde le hicieron una tomografía de pecho y le pidieron aguardar el resultado de la prueba PCR que le practicó la Secretaría de Salud.
Eventualmente, Diana se alivió en casa, pero ella sigue con la duda.
"Tuve todos los síntomas de Covid, pero la prueba dio negativo", dice.
"La temperatura había sido a causa de una bacteria que se me metió en el catéter y por eso tenía síntomas de temperatura, dolor de cuerpo, y coincidió con que me enfermé de la garganta, pero afortunadamente salió negativa la prueba".
Carlos Morales, Ciudad de México
Sospechosos
Álvaro Ramos lo intentó tanto como pudo. Todos los días, religiosamente, portaba guantes, lentes y cubrebocas y, al regresar a su casa...
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