¡Cimbran el DF!

AutorEnrique Navarro

MÉXICO.- Euforia y éxtasis son palabras que quedan cortas cuando Kinky toca para sus más fieles seguidores: los jóvenes.

Al menos 70 mil de ellos (cifra proporcionada por los organizadores) hicieron temblar literalmente la plancha del Zócalo capitalino cuando la banda regia puso a brincar al público de la Semana de las Juventudes, anoche a partir de las 21:40 horas.

Manos levantadas, gritos desde lo más profundo de los pechos y cabezas que salpicaban sudor al menearse fueron la constante en el cierre del evento que se coronó con rolas como "Ejercicio #16" y "Una Línea de Luz".

Los cuerpos formaban una marea que iba de un lado al otro.

A la banda regia le bastó sólo una canción para demostrar por qué es tan querida, pues recuperó los ánimos que Machinedrum había dejado caer tras una tarde llena de baile.

La gente siguió la fiesta con "Me Gustas por Coqueta", cóver de Intocable; "Marcha Atrás", "Después del After" y "A Dónde Van los Muertos".

El acordeón de Ulises Lozano puso el ritmo de cumbia y Gil Cerezo recibió ovaciones cada vez que recordaba que se encontraba en lo que fue la plaza de Tenochtitlán.

Pero el grupo fue sólo la cereza de un "pastel" que empezó a degustarse desde temprano.

A partir de las 13:00 horas, con canto, baile y saltos, el público resistió el aplomo de sol y también una ligera lluvia.

En medio del tumulto, un fan usó la bolsa de agua que le obsequiaron los organizadores para moverla en el aire como rehilete y rociar a quienes estaban cerca de él.

También echaron mano de cervezas introducidas de contrabando al primer cuadro del DF.

Entre los invitados estuvo Fernando Rivera Calderón, vocalista de Monocordio, quien destacó que el evento fuera pensado para los jóvenes.

El público fue impaciente con algunos grupos, pues no perdonó ningún retraso, como el que tuvo Cuarteto de Nos.

"¡Con tu pin... calma, no hay pe... Tárdate lo que quieras!", gritó un inconforme de la multitud al staff.

Treinta y cuatro minutos de retraso provocaron que los melómanos combatieran el aburrimiento empujándose contra las rejas de seguridad.

En su actuación, Paté de Fua puso al público a punto con su folclor.

Las palmas al aire y el canto de la gente marcaron los compases de "La Canción del Linyera" y "El Fantasma Enamorado".

Ayudado de dos bailarinas regionales, Gepe también hizo mover a la gente con su sabor chileno y rolas como "TKM" y "Fruta y Té".

Entre el público no sólo había capitalinos, también algunos turistas...

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