Cierran datos médicos de López Obrador

AutorMario Gutiérrez Vega

El 5 de junio de 2014, Andrés Manuel López Obrador envió un mensaje en su cuenta de Twitter: "Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo, ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad".

De inmediato, Eduardo Sánchez, vocero de Enrique Peña Nieto, le respondió por la misma red social: "Afortunadamente @EPN goza de cabal salud. Gracias por preguntar @lopezobrador_".

La discusión se zanjó en dos mensajes. Ni en ese momento ni en los seis años de gobierno, Enrique Peña fue capaz de transparentar su expediente médico e informar con precisión sobre su estado de salud. Lejos de considerarlo un asunto público, la Presidencia clasificó como "confidencial" cualquier dato y documento relacionado con la salud del Mandatario.

Así, las respuestas de la Presidencia a las solicitudes de transparencia fueron idénticas a las ofrecidas por los gobiernos de Felipe Calderón y Vicente Fox: la salud del Presidente sólo le concierne a él y es un asunto privado.

En México, la discusión pública sobre la salud del Presidente aparece en coyunturas y como herramienta de ataque político. Con Peña fue un tema recurrente desde su primer año de gobierno. En 2013 lo operaron para quitarle un nódulo tiroideo y en junio de 2015 lo intervinieron de urgencia para extraerle la vesícula. En ambos casos, la información se difundió desde Los Pinos. Inclusive, la Presidencia organizó ruedas de prensa con los médicos que participaron en ambas operaciones y ofreció copiosos detalles médicos de lo que había sucedido con el Mandatario.

Con todo, en los últimos dos años de su gobierno aumentaron los rumores sobre su deterioro físico y una posible enfermedad. En septiembre de 2016, en respuesta a una declaración de Peña en la que afirmaba que en materia de corrupción no había nadie que se atreviera a lanzar la primera piedra, López Obrador especuló de nuevo sobre la salud del Mandatario: "Es lamentable lo que comentó el Presidente, creo que debe estar, lo lamento muchísimo, debe de estar enfermo, debe de tener una profunda depresión, hasta lo estoy viendo físicamente mal".

Desde la Oposición, López Obrador aprovechó la falta de información oficial sobre la salud de Peña. Desde el poder, su gobierno actúa con la opacidad de las administraciones anteriores y mantiene los mismos argumentos que usaron sus antecesores para no revelar los datos médicos.

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