Cierra las piernas

METRO / STAFF

A JENNA Presley le gustaba pecar de lujuriosa frecuentemente, y si era frente a la lente de una cámara, qué mejor.

Sin embargo, fue la religión la que cambió por completo la vida de esta ex estrella porno, por lo que ahora encabeza una campaña que busca que sus ex compañeros de trabajo "vean la luz", tal y como a ella le sucedió.

Jenna era conocida como la actriz porno más ardiente del mundo entero, protagonizó alrededor de 275 películas para adultos con los que puso a sudar -de todos lados- a millones de personas en el mundo entero. Sin embargo, la mujer decidió dejar atrás esa etapa de su vida gracias a una iglesia que la acogió y cambió su manera de ver el mundo.

Durante siete años, esta chica de 26 años filmó candentes y explícitas escenas de sexo, inclusive hasta tres veces al día, por lo que cayó en un círculo vicioso en el que las drogas, el alcohol y la depresión la alimentaban día a día.

Pero fue en una convención donde conoció a algunos miembros de una iglesia "anti-porno", la Iglesia XXX, quienes bajo el lema "Jesús ama a las estrellas porno" convencieron a Brittni Ruiz, su nombre verdadero, que debía elegir a Dios sobre una carrera en la industria del sexo.

En un video colocado en la red social YouTube se puede apreciar cómo Ruiz declara "¡Gracias, Jesús! Lo encontré, estoy en casa".

Ruiz inició su carrera en el mundo de los adultos a los 18 años de edad como bailarina exótica en México, donde fue reclutada por un buscador de talentos de la industria porno. Ahí la paga fue mejor, pues por hacer hasta tres escenas der sexo al día recibía en promedio 900 dólares por película, es decir, casi 12 mil pesos.

En 2006 obtuvo el segundo lugar en American Sex Star de Jenna, un reality show organizado por la leyenda del porno Jenna Jameson, y en 2010 la revista Maxim la nombró una de las 12 estrellas porno más ardientes del mundo.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas para esta veinteañera, pues aunque en un principio se sentía hermosa, tuvo que refugiarse en las drogas para mantenerse "viva", pues tanto sexo la dejaba agotada.

"Yo estaba en estado robótico, era como una muñeca Barbie de goma. No tenía emociones, ya no era Brittni. Me convertí Jenna Presley. Tuve un alter ego", menciona Daily Mail.

En un intento por recuperar el orden de su vida, empezó a salir con un hombre que conoció en la iglesia de San Diego, el cual tiempo después fue asesinado a puñaladas frente a ella por los miembros de una pandilla de motociclistas...

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