La ciencia lo dice: no es fácil ser Coloso

CIUDAD DE MÉXICO, junio 8 (EL UNIVERSAL).- Antes de que Jean Grey, en su modo Fénix, aniquile por segunda vez al 99% de los X-Men hasta el próximo reinicio de la franquicia, aprovechemos para hablar de un personaje que ha logrado colarse en varias de las películas de la saga: Piotr Nikolaievitch Rasputin, alias Coloso.

El poder del acero orgánico. Al igual que Superman, Iron Man y Luke Cage, Coloso tiene el poder de la impenetrabilidad.

Mientras que las balas rebotan hasta en los ojos de Superman debido a su ADN alienígena, y en la armadura nanotecnológica de Tony Stark y en la piel irrompible (resultado de un complejo tratamiento genético experimental) de Luke Cage, Coloso tiene la habilidad de generar a voluntad una capa de "acero orgánico" gracias a una mutación asociada, como en el resto de los X-Men, con el Gen-X (que, dentro de la ficción del Universo Marvel, no es un único gen, sino un complejo de genes).

Estar cubierto por completo de una aleación de fierro y carbono ?como es el acero? suena bien, en principio, como protección contra mosquitos, golpes, armas punzocortantes y otras amenazas externas.

Suena aún mejor si uno puede removerla a discreción cuando, por ejemplo, necesitamos atención médica ?impenetrabilidad, por desgracia y como ha atestiguado en carne propia Luke Cage en los cómics y en la pantalla chica, no es sinónimo de invulnerabilidad?. Comienza a perder su encanto una vez que el mundo real se empeña en destruir nuestra fantasía con menudencias como la imposibilidad de ver si nuestros ojos, como los de Coloso, tuvieran una cobertura de acero (no hay más que echar un vistazo a la mirada gris de este mutante) o el aumento en nuestra temperatura corporal al tener tapadas nuestras glándulas sudoríparas.

Los problemas del acero. Pero no condenemos a Coloso antes de tiempo, pues el físico Barry W. Fitzgerald ha analizado la fisiología de El mutante de acero y, con base en la ciencia, propuesto soluciones tangibles. De acuerdo con este investigador, en su forma acerada Coloso se enfrenta a los siguientes problemas:

La termorregulación (el mantenimiento de la temperatura de su cuerpo alrededor de los 37 grados Celsius, como cualquier humano, mutante o no), ya que la pérdida de calor por convección debe de compensar lo que ya no puede liberar por evaporación al estar obstruidas las glándulas sudoríparas de su piel.

Aunque la conductividad térmica del acero es entre uno y dos órdenes de magnitud mayor que la de la piel.

A pesar...

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