Cien años de confusión. México en el siglo XX

AutorJuan Ramírez Marín
Páginas201-203

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Macario Schettino, miembro distinguido del Tecnológico de Monterrey y autor de este creativo ensayo histórico-económico, analiza el siglo XX mexicano y nos brinda una visión fresca, novedosa y polémica de nuestro pasado reciente. El libro, editado por Taurus, comienza con la afirmación de que la Revolución mexicana no existió, que es sólo una creación cultural del cardenismo. Además, el régimen revolucionario construido por el PNR-PRI fue un retroceso frente al liberalismo autoritario de Porfirio Díaz. Así, en materia política el Régimen de la Revolución mexicana es premoderno y en materia económica es precapitalista.

El propio Macario dice que esas (y otras afirmaciones que sostiene en las dos primeras páginas de la obra), son muy fuertes y no serán fáciles de aceptar para muchos mexicanos. Pero considera necesario discutir profundamente la Revolución y su régimen, no sólo como curiosidad histórica, sino porque lo que hoy ocurre en nuestro país tiene sus raíces en ese pasado que se niega a morir.

En ese sentido, Macario tiene razón, al menos por dos consideraciones: en primer término, efectivamente ese pasado vive aun entre nosotros, moldea nuestro presente e influirá en el futuro (puesto que este se construye desde ahora) y en segundo, porqué la historia debe estudiarse para encontrar respuestas para el presente, para no repetir errores y para aprender de quienes nos precedieron.

La obra se desarrolla en casi medio millar de páginas, pero pese a su extensión resulta fácil, y amena de leer. Está dividida en dos partes: la primera se inicia con un capítulo acerca de las causas del conflicto armado de 1917; otro capítulo sobre los años de enfrentamiento y un tercero a la época del constitucionalismo.

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Los siguientes cuatro capítulos analizan la relación economía-sociedad, durante la etapa previa al conflicto y la inmediata posterior. Hoy sabemos que os problemas económicos no fueron la causa de la Revolución, sino una consecuencia suya; que la destrucción durante la lucha armada fue limitada y que si el sistema financiero quedó en ruinas, no ocurrió lo mismo con la infraestructura productiva, por lo que la recuperación fue razonablemente rápida.

En el capítulo siete se examinan los años posteriores a la guerra civil y Macario sostiene quizá una de sus afirmaciones más polémicas: que los agraristas no fueron parte de la Revolución de 1910, sino resultado de ella.

En el capítulo ocho analiza el gobierno de Lázaro Cárdenas...

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