Choix: El misterio de los 11 desaparecidos

José Luis Pardo y Alejandra S. Inzunza

CHOIX, Sin., julio 8 (EL UNIVERSAL).- Enfrente de una vieja choza de madera, rodeados de árboles y gallinas, 17 personas preguntan por sus familiares. Entre ellos hay madres, esposas, hermanos e hijos.

Seis niños juegan sin saber que sus padres están perdidos. Son los parientes de 11 pescadores que desaparecieron el pasado 3 de mayo en Choix, al norte de Sinaloa. No dan sus nombres. Hablan en coro, pues sólo tienen una cosa que decir: “Se los tragó la tierra”, afirma uno de los padres, un hombre mayor, chimuelo, de piel arrugada y ojos claros, que calza unos huaraches desgastados por caminar en la tierra.

La última vez que los vieron fue saliendo de sus respectivas comunidades —el Mezquite Caído, de donde son nueve de los desaparecidos, y La Colmena, de donde son originarios otros dos hermanos— para encontrarse en un punto medio de la carretera a Choix, la cabecera municipal, una ciudad de alrededor de 10 mil habitantes. Habían quedado de verse a primera hora de la mañana para salir rumbo a Sonora, al viñedo Los Gemelos, a 55 kilómetros de Hermosillo, donde cada año iban a piscar uva por tres meses. En esta ocasión decidieron no ir en autobús, como lo habían hecho siempre. Algunos eran tan pobres, dicen los familiares, que no tenían dinero para el pasaje. Uno de los pescadores ofreció su camioneta, una Chevrolet blanca del 95, para que todos pudieran ir juntos. En vez de transitar por la carretera principal se dirigieron hacia el norte por brechas entre los extensos campos de cultivo de la zona.

Los hombres, casi todos familiares, se dedicaban a la pesca en la presa Luis Donaldo Colosio, mejor conocida como Huites, por la comunidad en la que se encuentra, un lugar rico en lobina, mojarra y tilapia y donde, según los pobladores, es normal tirar cadáveres o incluso “coches completos” para desaparecer personas. Esta región, frontera con Chihuahua y Sonora, es clave para el tráfico de drogas por su cercanía —una hora— con la sierra del llamado Triángulo Dorado. En los últimos años, relata Juan Carlos Estrada, ex alcalde de Choix, ha habido enfrentamientos entre dos grupos: el de Benito Portillo, aliado de los Salazar de Sonora, una banda escisión de los Beltrán Leyva, que desde 2008 han apoyado a grupos sinaloenses en su lucha contra El Chapo Guzmán; y el de Lemus Núñez, socio del cártel de Sinaloa. Portillo fue asesinado hace mes y medio en Culiacán.

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