China, imán de las tecnológicas

AutorPeter Wonacott

Redactor de THE WALL STREET JOURNAL

ZHUHAI, China - Hace seis años, Li Guangxiang era un ingeniero principiante en una fábrica química en la provincia de Hunan. Solía terminar su día de trabajo en un par de horas y pasó la mayor parte de su primer año de trabajo tomando té y leyendo los diarios. Soñaba con ser un ingeniero de verdad con un puesto que planteara retos. "No podía aguantar la idea de otros 20 años allí", dice Li, que ahora tiene 30 años.

Sin decírselo a sus padres, renunció y encontró un empleo a 643 kilómetros en Shenzhen. Para un ingeniero principiante, la paga era baja (alrededor de US$240 al mes) y las exigencias altas. Li cambió de trabajo tres veces e incluso fue despedido de una fábrica de brochas; él dice que fue por "falta de experiencia". De todos modos, después de ganar un poco de práctica, obtuvo un empleo en una planta de partes para computadoras en las afueras de Zhuhai que más tarde fue adquirida por la importante firma manufacturera Flextronics International Inc.

Desde que llegó a la planta de Zhuhai, Li ha visto su sueldo anual aumentar más de tres veces, pero todavía es de sólo US$10.000. Como ingeniero con antigüedad y gerente adjunto de la fábrica, supervisa cinco líneas de producción operadas por mujeres que usan pañoletas rojas, delantales blancos y cubremangas. El año pasado, convenció a su hermano pequeño de que viajara a Zhuhai y empezara a trabajar desde los escalafones más bajos en productos electrónicos.

En todas las fábricas en esta parte de la costa del sudeste chino, se repite el mismo escenario: trabajadores que se trasladan a empleos cada vez más sofisticados, mientras su paga se mantiene relativamente baja. Se trata de algo que no sucede en la mayoría de los países emergentes, en donde la paga se dispara a medida que los empleados son más capacitados, lo que aleja a los empleadores a naciones con mano de obra más barata. Pero la población de China es tan numerosa que la mano de obra puede ganar capacitación y seguir siendo barata. Esa fórmula la está convirtiendo en una nueva superpotencia en la manufactura tecnológica.

También es clave para China en su desafío por modernizarse, mantener el descontento social al mínimo, a medida que las protestas se vuelven más comunes en las vetustas industrias estatales.

Los avances de Pekín hacia una economía de libre mercado se tradujeron en años de crecimiento de dos dígitos y una fuerza de trabajo mejor educada, más ambiciosa y ambulante. Para muchos, las...

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