Chilang balam / ¡Unos van a la fiesta, y otros van a la busca!

¡Chamacos enjabonados, jijos de mi última mimada! Pos Felipón el Calderón en medio del festejo por su cumple de tres añejos, se alebrestó, se echó a andar gacho y soltó la sopa de que anda con los pensares de mandar una iniciativa al Congreso para que los legisladores y los presisos monecipales, se puedan reelegir. Según la teoría con esto de la reelección sí ya van a estar muy preocupados ¡Uy! preocupadísimos por quedar bien con la perrada para que voten por ellos de nuez, y que: "Esta iniciativa contemplará cambios profundos, como la elección consecutiva o la reelección de legisladores y de Alcaldes en todo el País, para acercar la política a los ciudadanos y para obligarlos a una rendición de cuentas" pero según puede ver cualquiera que pueda abrir un libro y sepa leer, en los lugares en que está permitida la reelección todo ha sido un desbarajuste, y nomás pa' ponérselas de ejemplo échenle un oclayo a los líderes sindicales, que no sólo se reeligen en su changarro hasta que se pelan a calacas, sino que además se pasan la vidorria cobrando sus dietas en cualquiera de las dos cámaras, y si no me creen, péguenle un ojo a las veces que fueron diputados o senadores, Fidel Velázquez, o "La Güera" Rodríguez Alcaine, o Elba Esther Gordillo, o Víctor Flores, o Hernández Juárez, o Gamboa Pascoe, o cualquiera que se les pase por la cabeza y se les meta en la memoria... ¿Y alguien se ha dado color de algo bueno que hayan hecho pa' la perrada trabajadora? ¿Hay alguna iniciativa importante que haya beneficiado a todos los mexinacos en su paso por las tareas legislativas? Pero eso que importa, ya harán una campaña chida apoyados por algún deportista de nombre y alguna actricilla de buen cabús y convencerán a tochos que si se aprueba la reelección de alcaldes y legisladores, la llegada al primer mundo va a estar a la vuelta de la esquina y que se van a acabar la pobreza, el hambre, las enfermedades, bueno, pa' que no la sientan larga, todos los males de los siete jinetes del Apocalipsis. Y sobre los alcaldes que una vez que se sientan en la silla, ya después nomás pa' cubrir el ojo al macho ponen a un primo, o a un amigazo, o hasta un peón, pero...

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