Chilang Balam / ¡El que tenga miedo a las espinas, que no entre a la nopalera!

¡Chamacos desasosegados, jijos de mi última ansiedad! Ya se está haciendo costumbre que las primeras planas de los periódicos saquen el recuento de los ejecutados del día, y la neta es que ya la gente hasta se está acostumbrando. Ya no hay lugar en toda la república en que no pase algo; que en el norte ejecutan a uno, que en el sur emboscan a otros, que en la Capirucha, le dan cuello a un fulano, el borlote no para, y las declaraciones menos, que ya aburren, me cai. Para darle variedad al pleito entre el gobierno y el crimen organizado, hay que echarle cacumen y me encontré unas notas que pueden dar luz a los narcos para nuevas acciones chidas en las que, aparte de que la venganza sería muy chacotera, pueden evitar que haya más muertitos. De la página de Periodismo.com, saqué esta chulada: Un joven de Austen, Estados Unidos, tras ser multado por estacionar su auto más del tiempo permitido, envió por correo el ticket de la respectiva multa a la policía acompañado de excrementos caninos que habrían provocado la enfermedad de la desafortunada mujer que recibió el paquete. Los agentes de tránsito de Austen comprobaron que el horripilante olor que expulsaba el paquete enviado por el joven de 22 años no se debía a la ranciedad de las multas vencidas, sino a la materia fecal que cayó sobre el escritorio de las autoridades cuando decidieron verificar el origen de semejante hedor. La policía citó a declarar al individuo, cuya identidad no fue revelada pero que, según las autoridades, aceptó su responsabilidad en el asunto o más bien la de su perro, puesto que la masa desparramada por las manos de la agente pertenecía a la mascota del infractor. Añadieron que el joven estaba arrepentido del hecho e informaron que la agente víctima de este "spam canino" pasó los días siguientes en el hospital aunque se desconoce si a causa de la inusual correspondencia. El asunto pasó a manos de la justicia del Condado de Mower, en Minnesota, que determinará la suerte del implicado, quien, en todo caso, ya realizó una deposición, aunque para ello no haya recurrido a un abogado sino a la materia fecal de su perro. ¿A poco no estaría más chido que los narcos en lugar de mandar la cabeza de un policía mejor les mandaran una buena dosis de estiércol? La otra...

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