Chilang balam / ¡Quien se acostumbra a lo bueno, desprecia lo regular!

¡Chamacos blandengues, jijos de mi último abuso! Por motivos que francamente me da güeva decirles y que en todo caso no les importa, me puse a releer la obra de Luis Spota, que, como escribió ya hace unos años en un artículo para la 'Revista de la UNAM', Sara Sefchovich, con motivo de los 25 años de su fallecimiento es: "Autor olvidado y de alcances a menudo incomprendidos, Luis Spota es, a pesar de todo, un autor singular de la literatura mexicana del siglo XX". La novela que traía entre manos y ojos la semana pasada era "Días del poder" que fue su novela póstuma publicada en 1985, el mismo año de su fallecimiento. El poder era un tema que le cuadraba un resto a Spota y un estudio sobre este choro del poder casi absoluto que llegaron a tener los presisos en México y que tantos añoran y buscan retomar, es lo que muchos consideran su obra cumbre. Es una serie de 6 novelas englobadas en el título de "La costumbre del poder". Fueron publicadas entre 1975 y 1980, o sea, pa' no se queden con el cerebro en blanco y saquen cuentas, los últimos años del gobierno de Luis Echeverría y más de la mitad del sexenio de JoLoPo. En las novelas llamadas: "Retrato hablado"; "Palabras mayores"; "Sobre la marcha"; "El primer día"; "El rostro del sueño" y "La víspera del trueno" se pinta ¿dónde se lo habrá imaginado? un país gobernado por un presidente todopoderoso, infalible, y que como "El Rey" su palabra era la ley, que tiene a su alrededor una bola de lambiscones, corruptos y aprovechados. Les vuelvo a repetir, para que no se hagan bolas como dijo alguien, que las cosas que pasan en las novelas no se refieren a México, sino a un país imaginario. Bueno, han de sentir que ya les hice muy grande la introducción pero es necesario porque yo ya sé lo babas que son ustedes. El caso es que por ahí del miércoles, me estaba echando un capítulo en la que la mamá y la hermana del presiso (Que se llama Ubaldo Real, por lo que él y toda su familia son la familia Real), deciden ir a comer a un famoso restaurante del centro de la ciudad llamado 'Predel'. Al llegar ellas, acompañadas de toda la parafernalia que rodea, en los países bananeros, a los funcionarios públicos; guaruras...

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