Entre chelas y quesadillas

OCOYOACAC.- La batalla se armó en La Marquesa, junto a los changarros de chelerías, las sopas de médula y las famosas quesadillas.

Salieron a relucir los palos, los machetes y hasta las escopetas.

La refriega duró una hora con múltiples bajas entre ambos bandos durante la sangrienta escaramuza en esta fría zona boscosa.

Los comerciantes y clientes salieron espantados de sus jacales ante tanta tronadora de petardos.

Implicó el galope de caballos, espadazos, uso de lanzas, palazos, culatazos, y cohetones dejando muertos por aquí y otro por allá.

"Mueran los gachupines", se oía de un lado.

"Muerte a los insurgentes", gritaban del otro.

Uno que otro espantado se acercaron de poco en poco para saber qué ocurría.

"¿Qué pasó, qué pasó? ¡Es una representación!", dijo ya calmada doña Mary, una señora que comía tlacoyos en uno de los establecimientos típicos.

Entre risas nerviosas, la señora y la vendedora, aún con masa en las manos, reconocieron que se asustaron por los gritos y "los disparos".

Una vez esto, clientela y originarios se acercaron a la zona de actuación con celulares en mano para un recuerdo de la primera refriega de los insurgentes del cura Miguel Hidalgo contra las fuerzas españolas, en 1810 y conocida como La Batalla del Monte de Las Cruces.

La zona VIP del evento estuvo ocupada los mandos militares, funcionarios del Estado de México que representaron al Gobernador Alfredo del Mazo, familiares y amigos.

El permiso militar a los curiosos se vio rebasado por los marchantes de...

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