México Channel / Visita la Biblioteca Palafoxiana

AutorHarry Möller

Y para guardar sus libros les hizo un "cuartito". ¿Te suena el nombre de Juan de Mendoza y Palafox? Vaya este dato: fue capellán de María de Austria, hermana del rey Felipe IV. ¿Todavía no? Trabajaba en México y Puebla como obispo y como virrey, también era juez y visitador, y se dio un tiempo para escribir la primera Constitución de la Universidad de México. Le encantaban los libros, leerlos y escribirlos, 16 de ellos le fueron editados en Madrid en 1762.

Este ejemplar personaje de la cultura mexicana decidió un día donar sus libros a la ciudad de Puebla, pero eran tantos que no cabían en ninguna casa de entonces (1655), de modo que hizo construir un gran espacio abovedado, de 43 por casi 18 metros y considerable altura junto a la capilla de la virgen italiana de la Trapana. No era para menos: ¡se trataba de cinco mil libros!

Cuesta trabajo imaginar el tiempo, el dinero y las gestiones requeridos para hacerse de tantas obras en una época en que era muy lento, costoso y complicado importar, de España y otros países, un sólo libro.

Y no era solamente cuestión del precio, altísimo, también de la naturaleza de las obras. Por ejemplo: la Crónica de Nuremberg, escrita en 1493, con 2 mil figuras grabadas por Wohlegemuth, maestro de Durero.

Otro tesoro: la Biblia Políglota, de 1573, 8 volúmenes en griego, latín, hebreo y caldeo (la tipografía hebrea fue grabada por Guillermo Le Be).

Éstas y otras de las obras reunidas aquí resultan únicas en el mundo por su antigüedad y escasez. Tal es el caso del Árbol Genealógico de los Reyes, que comprende desde Adán hasta el año 1774, englobando a monarcas de países como Francia, España, Italia, Polonia, Suecia, Dinamarca, Rusia y un largo etcétera; incluyendo a los reyes medos, persas, romanos, griegos, fenicios entre otros.

Todo esto se encuentra en la indescriptible Biblioteca Palafoxiana, que actualmente custodia 43 mil libros y pergaminos objeto de cuatro siglos de donaciones, tomando en cuenta obras escritas en náhuatl.

No es por desanimar al posible lector, pero debo advertirle que te esperan dos barreras: una es el hecho de que casi todo está escrito en lenguas muertas: hebreo, latín, sánscrito, caldeo y griego. Hay también textos en...

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