Ceremoniales con olor a vainilla

AutorLizette Rolland

Este pueblito retraído en la sierra norte de Veracruz ha heredado al mundo dos valiosos legados: su vainilla, cuya esencia es componente vital de la comida y perfumería mundial, y sus voladores, símbolo contemporáneo del México prehispánico.

El corazón de Papantla late en el quiosco de su plaza, marco del paseo típico al anochecer en donde se celebran eventos con sabor netamente veracruzano al ritmo de danzón (cada viernes), música huasteca (los sábados) y exposiciones culturales (los domingos).

A su alrededor gira un ambiente siempre bullicioso de gente, aves y ardillas; los boleros de calzado y vendedores de plátano frito y esquites con ajonjolí son ya parte de la personalidad de la plaza, foro en donde los voladores presentan su show diariamente en varios horarios.

La plaza se enmarca al sur con un impresionante mural en altorrelieve, evocando la estética totonaca, según el pintor papanteco Teodoro Cano, artista de clase mundial, quien fuera aprendiz predilecto del maestro Diego Rivera.

Su estudio es la Casa de la Cultura de Papantla, en donde imparte clases. La obra, tanto de él como de sus alumnos, es expuesta en el Museo de la Ciudad, que presume además una sala con figuras totonacas originales.

Sobre el mural se levanta la catedral típicamente franciscana de Nuestra Señora de la Asunción, y más arriba domina el horizonte el monumento al volador (esculpido por el mismo Maestro Cano). La caminata hacia este mirador es escarpada, pero vale la pena, también es posible llegar hasta su base en carro.

El mercado de artesanías en la esquina noroeste vende olorosas figuras de vaina seca de vainilla, trajes típicos de manta para niños, morrales, juguetes de madera y sus contrapartes de origen chino, para no decepcionar a nadie.

En las inmediaciones de Papantla hay mucho por conocer y saborear: el Museo de las Máscaras en la comunidad de San Pablo; el spa, el plantío de vainilla y la gallina en mole del encantador proyecto Cachikin y la selva virgen del Parque Ecológico Xanath.

El dulce aroma de la vainilla

Recorrer Papantla es viajar por la historia de la vainilla y del mundo totonaco posterior a la Conquista. Los años 30 transcurrían entre calles empedradas, siempre tapizadas de olorosas vainas, cuyo perfume anunciaba la llegada a los contados automovilistas que lograban atravesar la lodosa brecha desde Poza Rica.

Fueron los totonacos los primeros en cultivar y beneficiar esta orquídea comestible (planifolia Andrews), que fuera exportada a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR