Está cerca la sociedad policiaca

AutorSergio González Rodríguez

En el año del Bicentenario, México ha vivido entre la memoria de sus revoluciones y la certeza de su involución actual: el retroceso del Estado de derecho. La improcedente cantidad de víctimas de la "guerra" contra el narcotráfico del gobierno de Felipe Calderón desde 2006, más de 30 mil a la fecha, 10 mil en este año, refleja no sólo el desastre de la estrategia gubernamental, sino el del propio Estado frente a la mayor crisis de su historia contemporánea.

La violencia en 2010 se desató con la matanza de 15 jóvenes que celebraban una fiesta en un barrio de Ciudad Juárez a finales de enero, abatidos por un comando de sicarios del Cártel de Juárez. El embate contra los jóvenes volvió a repetirse a lo largo del año en dicha frontera, que registró incluso el asesinato de una funcionaria de la embajada de Estados Unidos en marzo y el estallido de un coche-bomba a mediados de julio. En octubre, la policía federal dispararía contra unos jóvenes juarenses que se manifestaban contra la violencia.

En agosto y en un rancho de Tamaulipas cerca de la frontera, se hallaron los cuerpos de 72 migrantes de distintos países latinoamericanos, ejecutados por el grupo criminal Los Zetas según el reporte oficial. En noviembre fue asesinado un ex gobernador de Colima, como antes en junio un candidato a la gubernatura de Tamaulipas. Y continuaron las decapitaciones y los descuartizamientos.

Las autoridades mostraron su empeño contra el narcotráfico durante la operación para detener a Ignacio Coronel en Zapopan, que terminó con su muerte. O la refriega en Tamaulipas en la que cayó Ezequiel Cárdenas Guillén, que dejó un centenar de víctimas, incluido un reportero local, con quien llegan a 65 los periodistas asesinados en México desde 2006 en cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Tal organismo consigna a su vez un incremento del 300 por ciento de las denuncias contra los derechos humanos por parte de militares y policías en la "guerra" contra el narcotráfico desde 2006. La vida de propios y extraños se devalúa cuando se alega, como el Presidente Calderón: "si ven polvo en el aire, es porque estamos limpiando la casa".

El 2010 y su extrema violencia reflejan la irresponsabilidad del Estado, el Gobierno y las clases dirigentes del País, además de reafirmar la ruptura con la propia sociedad para enfrentar un desafío integral a la convivencia establecida. Como se sabe, la erosión institucional comenzó desde la década anterior, y la violencia creció desde...

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