Cena San Antonio pollito
Desde el principio del encuentro, el San Antonio demostró ser el equipo que tenía los recursos suficientes para alcanzar la final de la Liga Unión de Colonias Populares.
Pero aunque dominó y durante buena parte del juego estuvo arriba en el marcador, este cuadro prefirió mantenerse al filo de la navaja.
El primer tiempo transcurrió en un ir y venir de escasas acciones de peligro. Sin embargo, en los primeros minutos del complementario, Óscar Mata le cambió el esquema a toda la defensiva águila para abrir el marcador.
El mencionado delantero cabeceó un pase preciso, aprovechando la salida del arquero para bombear el esférico que tampoco pudo ser alcanzado por los tres defensas que acudieron al rescate.
A pesar de que el entrenador se quedó pidiendo a gritos que hicieran una barrera, ninguno de los zagueros de las Águilas hizo caso para incomodar el centro en tiro de castigo.
Para lavar su error y detener el 1-0, regresaron veloces al arco, estirando el cuerpo hasta donde el cuello les dio, pero el esfuerzo fue en vano.
Este gol y las siguientes llegadas del equipo que ya gozaba de la ventaja evidenciaron a una zaga águila bastante lenta, detalle que llenó de confianza al San Antonio.
Sin embargo, para contrarrestar este ímpetu, el arquero de las Águilas, Moisés Matamoros, literalmente se batió en el lodazal que rodeaba su posición.
No le importó a este guardameta terminar con el uniforme acartonado por el barro con que se forró. Cada una de sus atajadas se convertían en clavados al charco.
Tantas llegadas improductivas surtieron efecto en los aficionados del San Antonio, quienes reprocharon la cantidad de "peladitas" que no concretaban.
La clave para que el San Antonio mantuviera agarrado del cuello a su enemigo, era que lo presionaba desde la salida, lo que provocó que para las Águilas el área rival les quedara como a kilómetros de distancia.
Debido a esta carencia de oportunidades, como último recurso los delanteros de las Águilas intentaron engañar al árbitro para que les marcaran un penal a su favor, lo que nunca sucedió.
A pesar de que se veía muy difícil un empate, los de San Antonio sufrieron al final del partido porque la diferencia seguía siendo mínima y los rivales pisaban su territorio.
Pero finalmente la lógica se impuso y el San Antonio no sólo mantuvo el cero en su portería, sino que amplió la ventaja justo en la última jugada del partido, cuando el defensa águila, Fernando Sánchez, quiso despejar un centro que terminó en las...
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