La cena de Año Nuevo en la que faltaron 43, entre rezos y demandas

Alberto Morales, enviado

CHILPANCINGO, Gro., enero 2 (EL UNIVERSAL).- En la plaza Primer Congreso de Anáhuac el silencio invade el campamento de maestros de la CETEG. Una estructura en forma de árbol ilumina la penumbra. Son las horas previas a que concluya 2014 y medio centenar de docentes se prepara para recibir el año nuevo.

Pero este año es diferente a los anteriores, la fiesta y la música tienen que esperar mejores momentos. Aquí, entre carpas y casas de campaña, hay un ambiente de incertidumbre y tristeza.

Mientras que en Ayotzinapa la Normal lució casi vacía. Muchos de los padres de familia se fueron al Distrito Federal para participar en las protestas en Los Pinos; otra comisión se fue desde el martes pasado a Chiapas, y los menos regresaron con sus familias para cenar en Año Nuevo, “pues también nuestros otros hijos nos necesitan”, dijo uno de los papás.

Junto al “árbol blanco” —donde se colocaron los retratos de los normalistas desaparecidos— hay una hilera de veladoras que forman el número 43 y un par de cubetas sirven para colocar nubes de color blanco.

En silencio, Luis Ángel se acerca al retrato de su sobrino Marcial Pablo Baranda, normalista de Ayotzinapa. Enciende una veladora, se hinca, cruza las manos como en un rezo y repite con voz baja: “No puede ser”.

Hace un año, recuerda el joven campesino de la comunidad de Zanjón de Tecpan de Galeana, el Año Nuevo lo celebraron con toda la familia.

“Nos abrazamos, le dije que nos iba a ir bien este año, pero ya ven, nunca pensé que viviríamos esto. Algunos dicen que están muertos, pero nosotros creemos que hay mucha probabilidad de que estén con vida”, repite el joven de apariencia menuda con voz muy baja.

Una canción que cuenta cómo ocurrió la tragedia de Iguala desplazó al silencio. Comenzó una velada para exigir justicia por los normalistas, víctimas de desaparición forzada desde el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, cuando policías de Iguala y de Cocula, presuntamente los entregaron a la organización criminal “Guerreros Unidos”.

La velada inicia con un documental de las comunidades autónomas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y luego una oración por los estudiantes desaparecidos y para exigir la liberación de los presos políticos de Guerrero, como Néstora Martínez, de la policía comunitaria de la CRAC.

Clemencia Guevara es del municipio de Apango, ella es la encargada de llevar a cabo la oración.Esta noche nos hemos reunido tus hijos, los que...

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