Celebran al poeta del apocalipsis

AutorJulieta Riveroll

Definir a José Emilio Pacheco como poeta del apocalipsis no lo acerca tanto a la catástrofe como a su capacidad para combatir la sombra con claridad.

Canta a la luz en sus diversas posibilidades. Es símbolo del continuo renacer y de la creatividad artística, por eso representa a sus poetas más admirados, Rubén Darío y Sor Juana Inés de la Cruz, a partir de la llama y equipara a la belleza femenina con el resplandor.

El fulgor permea su creación, afirmó la ensayista Francisca Noguerol durante el homenaje a Pacheco por sus 70 años, ayer en la Sala Manuel M. Ponce, en el que recibió la Medalla de Bellas Artes, máximo reconocimiento que otorga el INBA.

"Insisto en la vitalidad de su literatura porque a veces nos paramos demasiado en el derrotismo. Sigo pensando que José Emilio no es un poeta tanto del final, como del apocalipsis, de la idea de comenzar un nuevo mundo. Desde ese planteamiento, la luz, el amanecer, es un elemento central", dijo la especialista de la Universidad de Salamanca.

Noguerol prepara la antología sobre el poeta que se publicará como parte del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el cual le será entregado a Pacheco en noviembre.

Quienes lo han considerado a menudo como un profeta del desastre, coincidió Elena Poniatowska, no se han dado cuenta que escribió la historia de "nuestro" futuro.

Al analizar la obra del septuagenario narrador durante la ceremonia, Glantz manifestó una opinión divergente. Para la sorjuanista, el autor posee un don innato para el lamento, capaz de verbalizar con espléndidas imágenes la catástrofe.

"Llegó la hora del silencio, de callar y volver al trabajo", advirtió Pacheco tras recibir la Medalla de parte de Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública. Y es que en los numerosos homenajes que recibió en las últimas semanas, como los de la UNAM, la UAM y El Colegio de México, habló "como nunca".

El ensayista, traductor y crítico ha asumido "sin protagonismos" su compromiso con la literatura, señaló Carlos Monsiváis.

"Crea en torno suyo un ambiente fraterno, no habla desde el podio. Se dirige en tono familiar al que tiene enfrente (...) ha tenido la generosidad de decir que todo lo escribimos entre todos", agregó Poniatowska.

Poesía antisolemne, resucitada por la memoria de Pacheco y Monsiváis, caracterizó uno de los momentos más amenos del homenaje.

"Pobre del hombre que nació mujer, más le valiera pegarse un tiro por doquier", dijo Monsiváis, y Pacheco lo relevó no...

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