Celebran la evolución, la vida y la amistad

AutorCarlos Rubio

REFORMA/ España MADRID.- Muchas veces le han preguntado al escritor noruego Jostein Gaarder, autor de la célebre novela El mundo de Sofía, cuáles son los valores más importantes en la vida. Y siempre ha respondido que uno, obviamente, "es poder despertar por la mañana y estar sano y saludable"; también, por supuesto, "tener comida y vestido". "Pero si uno tiene todo eso", dice, "lo más importante es la amistad, una relación amorosa y la naturaleza, o más precisamente, las experiencias con la naturaleza".

En ese sentido, Gaarder afirma ser "un privilegiado", porque al vivir en Oslo tiene muy cerca la naturaleza y en cualquier momento puede dejar atrás la civilización e internarse en el bosque, caminar durante horas sin internarse con nadie. "Y ése, también, creo que es un valor, porque vivimos en un mundo donde el concepto de lo urbano y todo lo relacionado con él me parece más bien feo".

Jostein Gaarder (1952), acaba de publicar en español una nueva novela, titulada Maya (Siruela) -que a partir del 1 de septiembre circulará en México bajo el sello de Grijalbo-, una obra en la que va más allá del plano filosófico que caracterizara a El mundo de Sofía, y en la que deja constancia de una serie de preocupaciones cósmicas que se sitúan también en un plano ecológico, explicando a su manera la evolución de los vertebrados y del universo a partir del Big Bang, así como una teoría sobre la relatividad del tiempo.

"Cada vez me acoplo más a una idea de la vida a nivel universal, porque considero que el universo es un valor mucho más grande que el humano", sostiene el escritor en entrevista con REFORMA. "Pero esto tengo que situarlo en un plano cercano e inmediato. Honestamente, si fuera al doctor y me aconsejara dejar este planeta, me pondría mucho más triste que si escuchara que un cometa va a chocar con la Tierra dentro de miles de años, porque me identifico mucho más con aquello de lo que formo parte hoy. Y esto tiene que ver también con un aspecto práctico en el sentido político. Por eso trabajo en una organización que he creado, la Fundación Sofía para la Protección del Medio Ambiente, que cada año otorga un premio internacional de 100 mil dólares, monto con el que se puede apoyar un proyecto que permita la protección ecológica del planeta".

El autor de obras como Los chicos de Sukhavanti (1987), El palacio de la rana (1988), El ministerio del solitario (1990) o El ministerio de la Navidad (1992), afirma ser un "romántico en dos sentidos": por un lado, declara que cree "en las relaciones amorosas, en el compromiso del amor, no en sentido moralista, sino porque entiendo perfectamente por qué las personas se enamoran, se necesitan y viven juntas. Yo creo en el amor, en el amor eterno, algo no con lo que tropiezas por accidente o que encuentras por casualidad, sino que uno crea o tiene que crear. El amor es una cuestión bilateral, en la que se construye una cosa invisible entre dos juntas. Quizá suene anticuado, pero es una cosa que siento de forma natural".

otro lado, Gaarder cree que la naturaleza, "en su forma más salvaje, dice muchas cosas. Sócrates decía que no podía vivir fuera de Atenas porque los árboles no le decían nada. Yo estoy totalmente en desacuerdo con él. Yo creo que muchas veces puedo aprender más de los árboles, del campo, que de las personas".

Jorge Luis Borges decía que si cerramos los ojos y miramos dentro de nosotros mismos podemos dialogar con el ser humano original que hay en nuestros...

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