Celebran su día con La Generala

ZAPOPAN.- Una tormenta de colores y sonoridad cubrió la Plaza de las Américas: es el Día del Danzante.

Horas después del retorno de la Virgen de Zapopan a casa, los diferentes cuarteles se congregaron ayer para alinear sus estandartes, ataviarse con los motivos prehispánicos y rendirle tributo una vez más con las coreografías, el golpeteo de las láminas en los pies, las castañas, las flautas, los caracoles, las sonajas y los tambores.

La devoción no muestra cansancio o importa la longevidad, es una tradición, es una muestra de fe y gratitud a la patrona de los jaliscienses.

Había peregrinos como Zoraida Hernández, quien a sus 70 años, se pone el traje, el penacho y sale cada año desde la Antigua Penal para pagarle a Nuestra Señora de la Concepción por la salud de sus nueve hijos; lo hará hasta que las piernas ya no le respondan.

Jaime Salcedo, de 63 años tiene una gran deuda con la imagen.

Empezó a danzar para el grupo de La Sagrada Familia como una manda por su hermano enfermo, pero ahí conoció a su esposa y lleva más de cuatro décadas participando en el ritual y espera que sus bisnietos continúen con él.

Hay devotos que nacen prácticamente con el traje puesto, como Ángel Yael, de 2 años. Su familia ha formado parte de la Danza...

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