¡Celebración medieval!

AutorManuel Tejeda

Antes de continuar con su búsqueda por el Santo Grial, el Rey Arturo, su escudero Patsy, la Dama del Lago y los Caballeros de la Mesa Redonda se detuvieron para festejar, en un lugar acorde con su época, todos los logros que obtuvieron este año.

Sin dejar de bromear y reír, el elenco del musical Spamalot, obra original de Eric Idle, protagonizada por Germán y Freddy Ortega, se dio tiempo para hacerse retratos instantáneos, como llaman a las fotografías, y de platicar los resultados de sus andanzas, antes de probar las ricas viandas medievales servidas en el Mesón del Cid.

"Realicé un sueño profesional. Esta obra era un reto, sobre todo porque aquí no te puedes quedar en una zona de confort al revirar chistes o jugar con los personajes. Aquí te tienes que ceñir a un libreto y ser tú quien pone el chiste para que otro lo remate", mencionó Freddy, quien da vida a El Rey Arturo.

Sentados en una larga mesa, las bailarinas del musical y los peones de su caballería les prepararon el servicio y posaron junto a los héroes que, alegres por las críticas favorables de especialistas y medios, no dejaron de agradecerle a la gente que ha atestiguado sus peripecias.

"No sé si esté bien hecho lo que hago, pero la realidad es que, desde que vi Spamalot, quise hacer a Patsy. Le di un poquito de color, nada más, eso es lo mejor de 2011.

"La obra es muy cansada, pero abrimos una brecha y rompimos con un paradigma que decía que los Mascabrothers sólo hacían albures. Como Monty Phyton (grupo británico de comediantes en cuya cinta está inspirada la obra), también sabemos manejar el absurdo. A Eric Idle (autor del musical) le encantó (la adaptación)", detalló Germán.

Spamalot narra, de forma irreverente, las aventuras de El Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, en su búsqueda del Santo Grial.

Ante la tardanza de sus alimentos, los nobles hidalgos decidieron clamar una consigna que hiciera famosa en Twitter la hija de Enrique Peña Nieto: "Somos proles, somos proles", gritaban para apurar sus alimentos.

Apenas tuvieron llenos sus estómagos, hombres y mujeres se dedicaron a explorar la posada que les ofreció manjares. Mientras unos platicaban en el segundo piso del recinto, otros exploraban el patio y su fuente.

El galante Sir Lancelot y el coqueto Herbert decidieron que, después de haberle entrado a la comilona, lo adecuado era descansar en uno de los salones del restaurante pero, al verse sorprendidos por el retratista, no les quedó más que lucir sus...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR