Ceden de todo a los militares

AutorJorge Ricardo

TULUM.- El 26 de abril de 2010 en un mensaje en video, López Obrador afirmaba: "No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia. Hay que cuidar a esa institución que es el Ejército, que no se utilice para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles. No podemos nosotros aceptar un Gobierno militarista".

El video sigue disponible en Youtube, en la cuenta del órgano de difusión de Morena. López Obrador, entonces de 56 años, hoy de 67, luce muy parecido. El cabello gris, un águila juarista a su lado, sus acusaciones de siempre contra los "conservadores".

El mismo que en 2012 prometía regresar en seis meses al Ejército a los cuarteles. Casi el mismo que este domingo, 20 de diciembre, va a aceptar que ante la incapacidad del Gobierno civil que representa es mejor entregarle más poder al Ejército y conformar un Gobierno cada vez más "militarista".

"Estamos pensando que de Tulum hasta Palenque, que son tres tramos del Tren Maya, más el Aeropuerto de Tulum (que van a construir los militares), el Aeropuerto de Chetumal, el Aeropuerto de Palenque y el Aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía se maneje en una empresa que dependa de las Fuerzas Armadas, con el propósito de que sea buena la administración del Tren, de los aeropuertos, que sea autosuficiente", dirá en su discurso.

¿Cuáles son los motivos para entregar más de la mitad del Tren Maya a los militares y las demás obras? En parte, la incapacidad. Dirá López Obrador: "Primero, porque tenemos que proteger esta obra para que no haya la tentación de privatizarla y qué mejor que dejársela a las Fuerzas Armadas, y que tenga como propósito el financiar las pensiones de marinos y de soldados. Y el segundo propósito para entregar el Tren y los aeropuertos a las Fuerzas Armadas es que debemos de garantizar la seguridad en la región".

"Entregar el tren y los aeropuertos a las Fuerzas Armadas", así lo dijo. Y los secretarios de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, José Rafael Ojeda, apenas lo miraran con rostros inexpresivos, como piedra.

Pero eso será en su discurso. Mientras tanto, en la zona arqueológica de Tulum flota una ligera brisa invernal a pesar del intenso calor de la playa. Del fondo, detrás de las ruinas de los templos mayas y la vegetación tropical, viene el rumor del mar turquesa y se mezcla con el "Bolero de Ravel" con que se ameniza la Firma del Convenio del Ordenamiento Territorial.

Acá enfrente, sobre el césped, instalaron...

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