Una causa que da abrigo

Es un sábado de mucha lluvia, de esas que complica caminar y vivir en un asentamiento irregular del área metropolitana, donde el lodo atasca inmediatamente los caminos sin pavimentar y la humedad se cuela fácil a las frágiles viviendas, protegidas apenas con láminas y cartón.

La mayor parte de la población está en casa, resguardada, pero este día de hace unas semanas, de intensas precipitaciones, es el señalado por la organización Techo para construir 15 viviendas en La Alianza, al norponiente de Monterrey, así que los jóvenes voluntarios del American School Foundation of Monterrey están listos para cumplir con las familias que tendrán en estas casitas su nuevo hogar.

Cerca de 200 estudiantes han llegado para entrarle con empeño a la dura tarea en una tierra humedecida y convertida en fango; martillando, taladrando, cavando pilotes; cargando paneles y travesaños de madera, y reforzando las láminas que terminarán por dar forma a una sencilla habitación de 20 metros cuadrados.

Gracias a este trabajo voluntario, que continuará el domingo, varias familias pasarán de vivir en un tejabán armado con viejos materiales conseguidos en basureros a habitar una vivienda hecha de madera nueva, más resistente, y digna.

"Me siento contenta, feliz", dice María Juana Félix González, una mujer otomí, quien llegó hace algunos años de Querétaro y se asentó en este lote sin servicios básicos, y donde ahora los voluntarios trabajan con entusiasmo para levantar su nueva vivienda.

"Es un patrimonio, más que nada seguro, y que no entre agua, porque con las lluvias nos mojamos. Ahorita se nos mojaron la ropa y muchas cosas".

En el hacinamiento de su reducido tejabán habitan ella y su pareja, además de dos de sus hijos; también su hermano, Manuel, con su esposa e hijos. Con la vivienda construida por Techo y los alumnos del bachillerato del ASFM, la familia contará con más espacio.

"Ahora vamos a estar un poco más cómodos", dice María Juana.

De esto trata también la esperanza: en tener un lugar donde dormir y amanecer al otro día.

DE CHILE A NUEVO LEÓN

Cuando en el 2010 el Huracán Álex azotó Monterrey, Techo llegó por primera vez para apoyar en la emergencia. Urgía reconstruir las viviendas de quienes lo habían perdido todo por las inundaciones y su misión es precisamente mejorar las condiciones habitacionales en comunidades golpeadas por la marginación.

Su origen se remonta a Chile en 1997, con un grupo de jóvenes en ese entonces guiados por el sacerdote jesuita...

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