Otro caso de éxito FBM...... y se hizo justicia

AutorCarla Aguilar Román
Páginas70-71
La Barra Agosto-Diciembre 2016
68
Nuestro México, a pesar de ser un país moderno, que
en épocas recientes ha tenido importantes avances
en materia de protección de Derechos Humanos,
continúa siendo un estado de enormes desigualdades, injusticias,
olvidos, abusos y arbitrariedades. Para evidenciarlo, están
miles de personas que han sido o se encuentran privadas de su
libertad. Inclusive, en ocasiones, se les sigue proceso por delitos
inexistentes o por ilícitos en los cuales no tuvieron participación
alguna, ello, sin que existan los más mínimos elementos para
ser sometidos a proceso y, más grave aún, para ser privados de
su libertad.
Un vivo ejemplo de ello es el proceso injusto y sin razón que
se siguió durante más de cinco años al señor Sebastián Merino
Mejía, quien fue privado de su libertad e internado en un penal
del estado de Oaxaca, acusado del delito de homicidio calicado
perpetrado en contra del señor Artemio Norberto Camacho
Sarabio, hechos que tuvieron vericativo el día 28 de agosto
del año 2009, en el Municipio de San Pedro Jicayan Jamiltepec,
Oaxaca.
Sebastián Merino Mejía, hombre trabajador y padre de familia
de dos hijos, emigró del estado de Oaxaca a la Ciudad de México
hace más de veinte años buscando mejores condiciones de vida,
tiempo durante el cual jamás regresó a su Municipio de origen,
dedicándose de manera constante a su trabajo y al cuidado de su
familia. No obstante ello, el día 25 de septiembre de 2010, fue
detenido por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de
México, cuando como empleado particular se había presentado
a rendir testimonio por una denuncia presentada por la empresa
para la que laboraba. En la referida detención, como es práctica
común, no se le dieron mayores datos del porqué de la misma,
así como tampoco una explicación, simplemente el Ministerio
Público se limitó a informarle que había una orden de aprehensión
en contra de Sebastian Merino Mejía, por el delito de Homicidio
Calicado. De tal suerte que, sin darle mayor oportunidad de
actuar, fue trasladado e ingresado a la Penitenciaria del Estado
Otro caso de éxito FBM…
…Y se hizo justicia
Por Carla Aguilar Román
Fundación Barra Mexicana
de Oaxaca con residencia en Santa María Ixcotel, Oaxaca.
Una vez que fue puesto a disposición del Juez Mixto de Primera
Instancia en Pinotepa Nacional, Oaxaca, quien era el titular del
Órgano Jurisdiccional responsable de la causa, le hizo saber
que se le imputaba el delito de homicidio calicado, por hechos
llevados a cabo el día 28 de agosto de 2009, en el Municipio de
San Pedro Jicayan Jamiltepec, Estado de Oaxaca. Asimismo,
conoció el cumulo probatorio que obraba en su contra, sin
embrago, los únicos elementos de prueba que soportaban dicha
imputación eran la pobre y mal lograda testimonial de cuatro
personas, quienes al rendir su testimonio, únicamente se limitaron
a decir que quien había disparado el arma de fuego era una persona
del sexo m asculino de nombre Sebastiá n Merino Mejía. Lo
anterior, sin que ninguno de ellos, diera una media liación de la
persona o se hubiese elaborado un retrato hablado, siendo la única
especicación de un testigo que “ese Sebastián Merino Mejía”,
había trabajado en el Cabildo de San Pedro Jicayan Jamiltepec.
No obstante ello, es decir, que no se contaba con pruebas idóneas
y suficientes que permitieran identificar e individualizar al
probable responsable y así poder incoar proceso de forma legal,
le fue dictado auto de formal prisión al señor Sebastián Merino
Mejía. En consecuencia, se decretó la apertura de la instrucción y
se ordenó el inicio del proceso ordinario. Por ello, y derivado de
su falta de recursos económicos, en un principio fue asesorado y
patrocinado por el defensor de ocio, quien tristemente no le dio
la importancia debida al asunto, sin embargo, Sebastián Merino
Mejía, convencido de su inocencia aportó todos los elementos de
prueba que estaban a su alcance y que resultaban idóneos para
acreditar no sólo que él no había llevado a cabo los actos que se
le reprochaban, sino que incluso en el momento de los mismos,
él se encontraba en la Ciudad de México trabajando y, por lo
tanto, resultaba imposible que él hubiere cometido el homicidio
que se le imputaba. De igual manera, luchó de forma incansable
para acreditar la existencia de cuando menos 3 personas más con
su mismo nombre y apellido (homónimos), todos originarios del

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