Casi el paraíso

AutorMario Abner Colina

ENVIADO

ASPEN, Colorado.- No hay que tener un cuerpo demasiado flexible para gozar de esto: yoga, en la cima de la montaña, con olor a coníferas y lavanda, y el canto de aves como banda sonora.

Tras ascender a bordo de una góndola, nos encontramos a 3 mil 417 metros sobre el nivel del mar, en la cima de la montaña Aspen, una de las cuatro elevaciones que -junto con Snowmass, Buttermilk y Highlands- han hecho de este destino uno de los mejores en cuanto a esquí se refiere.

La nieve, en esta ocasión, afortunadamente, está en la punta de las Rocosas, que se vislumbran a lo lejos desde uno de los tapetes en que intentamos, con mayor o menor fortuna, hacer las poses que nos pide la instructora de yoga.

Lo que sí resulta fácil para todos es respirar hondo el aire frío y sentirse en unión con la verde naturaleza.

La idea de la sustentabilidad, el bienestar y el respeto hacia la ecología, sumada a su glamorosa infraestructura de lujo y aire de Viejo Oeste, ha hecho que Aspen, ex pueblo minero fundado en 1879, sea un rompecorazones total.

Al explorar las montañas que lo rodean es posible avistar osos negros y ciervos y, al andar por sus calles, no es difícil toparse con alguna celebridad enamorada de sus encantos.

Aquí vacacionan tanto los Obama como los Trump. Aquí tienen casa celebridades como Kevin Costner y Melanie Griffith. Y aquí vivieron el periodista Hunter S.Thompson y el ídolo country John Denver, aquel que llamó a Aspen "Mi dulce paraíso de las Montañas Rocosas".

Es una ciudad tan pequeña, que resulta fácilmente caminable. Y en el cálido verano, casi lo exige. Las aventuras en el destino, no necesariamente tienen que ceñirse a las rutas de senderismo, como la de tres horas que hacemos con un guía del centro de Estudios Medioambientales, para alcanzar una vista perfecta del valle donde se asienta la ciudad.

También se puede realizar un paseo urbano e ir a la librería Explore Booksellers, al Aspen Art Museum, diseñado por el arquitecto Premio Pritzker Shigeru Ban, o hacia el Belly Up, un pequeño foro de conciertos que pisan casi todos los grandes músicos que están de tour por Colorado.

Las ansias de compras se calman en las galerías de arte o las boutiques de moda de lujo regadas por aquí y por allá. Y quienes desean más acción deben emprender el camino hacia el Río Roaring Fork, uno de los más salvajes afluentes del Río Colorado en donde es posible practicar raf-ting junto con un guía.

Equipados con traje spandex, chamarra...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR