Casas Colectivas

Casas Colectivas
UN PROBLEMA NUEVO
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LIC. ALFONSO FRANCISCO RAMIREZ

Debido a causas complejas, la población de las ciudades ha venido aumentando desmesuradamente en los últimos años. Y, como es lógico, ese incremento ha planteado cuestiones que antes ni siquiera se presentían. Tal sucede con la relativa a la vivienda. Días hubo en que las urbes apenas se encontraron en aptitud de alojar a las numerosas personas que incesantemente llegaban de los campos y de los pequeños poblados. Pero semejante dificultad fue solucionada por completo, y ahora son otros los términos del problema. Ya no se trata precisamente de encontrar casas, sino que éstas sean económicas e higiénicas.

Y más aun y especialmente por lo que a la clase trabajadora concierne, lo que se desea es poner fin a la dura esclavitud de la renta, buscando la forma de multiplicar el conjunto de los pequeños propietarios. Aspiración justa y humana que no requiere de largos razonamientos para suscitar la aprobación general, pues nada más legítimo que el afán de poseer un hogar estable, con el mínimo de comodidades siquiera. Sería superfluo enumerar los males que dimanan de esos hacinamientos de individuos en un local estrecho. Millares de familias proletarias disponen de una sola habitación.

Mas las fincas urbanas son caras. Su adquisición se encuentra vedada a la casi totalidad de los obreros y aún a la mayoría de los componentes de la clase media. De ahí que haya surgido la idea de ejecutar construcciones cuyos pisos o departamentos puedan pertenecer a diferentes dueños. Se satisface de este modo la necesidad ingente de que el trabajador laborioso llegue a ser dueño de la casa en que vive. Es lo que se está haciendo, con éxito creciente, en Europa y Estados Unidos. Con exiguos recursos, es posible liberarse de la servidumbre del arrendamiento.

LA LECCION DEL PASADO.

Esto, que admiramos como una característica de la modernidad, y ciertamente lo es, en cuanto a su difusión y volumen, no fue, como una minada de cosas nuevas, desconocidas de los pueblos que nos precedieron en el camino del progreso. En efecto: en un curioso estudio de derecho comparado, al estudiarse los contratos de la época de la primera dinastía babilónica, se habla de un caso en que se vende la planta baja de un edificio, quedando el piso superior como propiedad del vendedor.

En Egipto y Grecia se hallan también antecedentes dignos de examen. En Roma existían disposiciones para casos de indivisión, análogos...

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