Como en casa

AutorEsther González Jacques

Enviada

CHURCHILL, Canadá.- La localidad de Churchill tiene sólo una avenida y mide un kilómetro de longitud.

Ésta y unas cuantas calles aledañas dan forma al pueblo de 900 habitantes. La mayoría de ellos se dedica a recibir al turismo, que arriba cada año buscando osos.

Aquí, el termómetro puede marcar hasta menos 18 grados centígrados, pero el calor con el que los lugareños te reciben rebasa cualquier incomodidad climática.

Un buen ejemplo: la familia que atiende el restaurante Gypsy´s, el único comedor de la zona. Se trata de una pareja que emigró de Portugal hace 30 años.

Junto a sus tres hijos, los Da Silva de inmediato hacen sentir al viajero como uno más de la familia.

La señora prepara platillos que son una delicia. El menú incluye recetas regionales como sopa de caribú y filete de tiburón del ártico.

Además, la vitrina de pasteles es un sueño de chocolates, pays, galletas con chispas y enormes bombones.

La mesa de entrada es de los lugareños. En ella se reúnen a desayunar y a cenar.

Platican las aventuras de su jornada, mientras el televisor del Gyspy´s transmite el canal local con anuncios de oportunidades de trabajo, fiestas que habrá en las cabañas que hospedan turistas e información del día, como el arribo de la vacuna para la gripe A H1N1 que ya se aplica en el hospital del pueblo.

Las apariciones de osos cerca de las casas o las hazañas de algunas personas que se perdieron y lograron sobrevivir a las inclemencias del tiempo también son parte de las pláticas.

En la segunda quincena de noviembre, un señor y su hijo salieron en motonieve a cazar. El vehículo se descompuso y el hombre regresó para pedir ayuda, mientras el chico esperaba en el lugar.

Tres días después, el joven fue encontrado a 80 kilómetros del punto en el que se le dejó, pues estaba sobre un bloque de hielo que se desprendió y la corriente de la bahía Hudson lo arrastró.

Sobrevivió, a pesar de tener pies y manos congelados. Su estado médico era lo que todos comentaban.

"El norte no da segundas oportunidades, por eso la gente de Churchill debe ser muy hábil y fuerte para sobrevivir", advierte Patrick Rosseau, que tiene 14 años dedicándose a guiar grupos por la tundra.

En esa misma mesa del Gypsy´s puede estar Mike Macari, el intrépido fotógrafo de la comunidad, quien ha capturado sorprendentes cuadros de la naturaleza ártica.

Mike es tímido, pero si alguien se acerca le contará mil anécdotas, como cuando capturó la espectacular imagen de una manada de caribús...

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