El cartero, aún eficiente mensajero de alegrías y tristezas en México

Por Juan Carlos Gutiérrez Castillo. Corresponsal.

Mérida, 15 Nov (Notimex).- Perteneciente a una generación en la que los sentimientos, emociones, alegrías y tristezas viajan en el ciberespacio y ya no en papel, Wilberth González Córdova resalta la importancia del oficio de cartero que en pleno siglo XXI, cumple aún, contra lo que pudiera suponerse, una misión importante.

Hombre, cuya historia familiar ha girado alrededor del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), sostiene que ni el correo electrónico, ni redes sociales han puesto en riesgo el oficio que comenzó a desempeñar iniciando el presente siglo 2000.

Apuntó que también le ha dejado sustos como ser perseguido por canes furiosos en caminos de terracería, y satisfacciones como su compañera de vida y sus hijos.

Pero, González Córdova, de 35 años, reconoce, en el marco del Día del Cartero que se conmemora hoy, que sí ha percibido cambios en su trabajo, sobre todo en la manera en que la gente, sobre todo los mexicanos, se comunica entre sí.

"La gente no escribe ya a mano, no se mandan cartas, eso lo hemos visto en los últimos años, han perdido la costumbre de hacerlo y sí influye el correo electrónico; también vemos que llegan cartas personalizadas del extranjero, que son más frecuentes que las que circulan dentro del país.

"El internet ha influido, es más fácil enviar mensajes por correo electrónico o por whatsaap, aunque la carta tiene implícito el factor emoción; y sí, la gente aún se emociona, sobre todo la gente mayor", explicó.

Entrevistado por Notimex en una de las alrededor de 10 oficinas que el Sepomex tiene en Mérida, el atento empleado afirma que "bendito sea Dios, nuestro oficio no se acaba, siempre hay algo qué recibir y procurar que llegue a su destino".

Aclaró que si no se trata de cartas, tienen que entregar estados de cuenta, recibos telefónicos y paquetería certificada que en gran cantidad viene de China.

También agregó que las nuevas generaciones de mexicanos aún se involucran con el correo convencional, incluso la nacida en el siglo XXI, pues niños, acompañados de sus padres, llegan a las oficinas del Sepomex a enviar cartas a sus propios compañeritos de escuela como parte de tareas escolares.

Las personas adultas no olvidan al cartero del que incluso, según González Córdova, conocen sus códigos de comunicación, como un sólo silbido en bajo tono para avisarles de su llegada y de que han recibido un envío, o bien, uno intenso, por el que deben de entender que necesitan...

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