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Cartas de la Sinagoga / La juventud

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Vincent
AutorRabino Moisés Kaiman

Hay una historia de un señor y su joven hijo que se salvaron de la Segunda Guerra Mundial y al finalizar ésta se fueron a vivir a Israel.

El hombre era una persona religiosa y el primer sábado le pidió a su hijo que lo acompañara a la sinagoga, para agradecer a Dios por haberlos salvado.

Ambos se dirigieron a una sinagoga y entraron a la primera que vieron, el lugar estaba lleno de ancianos, ya que pertenecía a un asilo.

El joven estaba desilusionado pues él pensaba encontrar a personas de su edad para hacer nuevas amistades.

Cuando salieron, el muchacho le preguntó a su padre si en el país no nacían niños, ya que sólo había visto ancianos.

El padre le explicó que ese lugar pertenecía a un asilo y le prometió que a la semana siguiente irían a otra sinagoga donde hubiera jóvenes.

El sábado siguiente fueron y ésta estaba llena de niños y jóvenes, el padre le dijo a su hijo que esos jóvenes eran el futuro del país.

Uno de los grandes rabinos de nuestro pueblo dijo: "un joven es huérfano cuando no tiene padre ni madre y un pueblo es huérfano cuando no tiene niños".

Gracias a Dios acá no somos huérfanos, tenemos muchos jóvenes buenos, emprendedores, responsables y estudiosos que son el futuro de nuestro país.

Dice la Biblia, en el libro de Éxodo capítulo 10, versículo 8: "E hicieron volver a Moisés y a Aarón a la presencia del faraón y él les dijo: Id servid al Eterno vuestro Dios. Mas ¿quiénes y quiénes son los que han de ir?". Y Moisés dijo: "Con nuestros jóvenes y con nuestros ancianos iremos porque hemos de celebrar una fiesta al Eterno". La pregunta que nos hacemos es la siguiente: Sabemos que Moisés era muy respetuoso de los mayores, ¿por qué dice primero que irá con los jóvenes y luego dice con los ancianos?

La respuesta es que si tenemos niños y jóvenes siempre tendremos adultos y ancianos.

Dice en el Talmud Baba Kame página 97: "La moneda de Abraham tenía de un lado...

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