Cartas a Reforma

AutorLaura Guadalupe Leal Guajardo, Guillermo Skewes Rosati, Germán Cardona Müller, Carlos A. Fernández Agraz y Jesús Martínez Ortega

La solución

Podrán tener miles de policías fieles al sentido del deber, leyes excelentes, sistemas judiciales no corruptos y personal con alto sentido de ética, pero no será la solución al problema de la violencia y la inseguridad. Para que un país quede libre de esta problemática social, debe tener un mejor sistema familiar.

Laura Guadalupe Leal Guajardo · Monterrey, NL

Entereza suficiente

Todos pensamos que Andrés Manuel López Obrador está borrando del mapa a Enrique Peña Nieto. Yo creo que este último, que tiene mucha astucia política, se está borrando a sí mismo.

El 1 de diciembre aparecerá Peña Nieto, únicamente para entregar a AMLO, con toda pulcritud y diligencia, un México con muchos, graves y gigantescos problemas, casi ninguno en vías de solución; ese día simplemente va a "patear el bote" y se retirará a disfrutar de su calidad de ex Presidente.

Ahí empezará a golpear la realidad. AMLO tendrá las manos tan llenas de asuntos urgentes por resolver, con tan poco dinero, con un capital humano en la curva de aprendizaje -y que en algunos casos parece poco competente-, que no tendrá más remedio que olvidar, o posponer por años, la mayoría de sus innumerables promesas. Esperemos que tenga la suficiente entereza para enfrentar lo anterior, con estatura de estadista, y reconocer que prometió más allá de lo posible.

No debe empezar a culpar a otros de lo que no pueda llevar a cabo. Si lo hace, parecerá un gobernante de izquierda, de un país bananero, que trata inútilmente de limpiar su imagen culpando al imperialismo yanqui, a la oligarquía o a los gobiernos anteriores que se robaron todo. Sólo el tiempo lo dirá.

Guillermo Skewes Rosati · Naucalpan, Edomex

Democracia racional

Necesitamos una democracia racional y que nos dignifique. Aunque varios consideren el ideal democrático como algo ambiguo, se nos olvida que alguien como Sócrates creía en la necesidad de un Gobierno en donde las personas fueran educadas para emitir inteligentemente su voto. El problema con México es que cada elección consideramos que nuestra democracia termina en el voto, en un ejercicio de libertad plena sin importar las consecuencias, pero el voto es la primera parte de algo mayor que definirá entre otras cosas si contamos o no con una buena calidad de vida, e inclusive si tendremos medios para ampliar nuestras libertades básicas para disfrutarlas.

Dudo que los nuevos dirigentes electos cambien la demagogia de sus campañas por soluciones reales; quizá me equivoque...

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