Cartas a Reforma

AutorScarlett Z. de Wasserman, Olga Bailón Rosales, Alberto Pardo, Francisco de la Torre y Miguel Moreno

Congruencia, señores

Con gran dignidad, el PAN exigió la salida de la Conagua de David Korenfeld por haber utilizado el helicóptero de la dependencia para usos personales y familiares.

Lo extraño es que esa misma dignidad no la han mostrado respecto al crimen del Gobernador panista de Sonora al quitarles el agua a los habitantes de pueblos pobrísimos que, desgraciadamente, él "gobierna" (?).

¿O el PAN considerará que no es un crimen dejar sin agua a pueblos enteros, apropiarse de tierras, hacer su propia presa... y seguir como si nada hubiera pasado?

Mostrar congruencia es algo que también le urge a México.

Scarlett Z.de Wasserman

Coyoacán, DF

El respeto se gana

¡Qué vergüenza para sus hijos, señores senadores! Cuando crezcan y salgan de ese mundo de políticos sin conciencia y descubran que sus padres son despreciados, aborrecidos por llevarse las bolsas de dinero.

De 178 senadores que son, sólo se presentaron 7, y ahora despilfarran mil 600 millones de pesos en asesores que no sirven para nada. No hay que asesorarse para dejar de robar ni para darle al pueblo tortillas y frijoles.

Ustedes ganan dinerales y no trabajan. Con un solo asesor humano, justo, que les diga que no roben sería suficiente para que el día de mañana sus hijos no sean señalados y avergonzarse por tener padres corruptos.

El respeto no se compra, se gana con justicia. ¡El pueblo tiene hambre! ¡Ya dejen de robar!

Olga Bailón Rosales

Iztapalapa, DF

Gobierno endeudador

Es preocupante escuchar que el Fondo Monetario Internacional ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para México y, paradójicamente, leer que los ya obesos y devoradores entes gubernamentales crean cuerpos corporativos con más directivos.

No es nada nuevo saber que el Estado es un pésimo administrador; después de todo, el que el dinero se acabe se compensa elegantemente con el lanzamiento de bonos gubernamentales de largo plazo con tasas de rendimiento atractivas, pero que no es otra cosa que más deuda.

Margaret Thatcher decía, y decía bien: "No olvidemos nunca esta verdad fundamental: el Estado no tiene más dinero que el dinero que las personas ganan por sí mismas y para sí mismas. Si el Estado quiere gastar más dinero...

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