Cartas a Reforma
| Autor | Alexandra Sánchez Seabrook, Alfonso Jaimes López, Pedro Palacios, Victoria G de Ocejo y Alfonso Ibarra G. |
Derroche electoral
Como siempre, los políticos sólo piensan en dos cosas: cómo ganar las elecciones grandes y cómo ganar las intermedias. Ni siquiera terminan sus ciclos de Gobierno. Lo que anhelan es no quedarse fuera del presupuesto.
Habían prometido con bombo y platillo que el hecho de cambiar la institución electoral del IFE por el INE representaría para los ciudadanos un ahorro enorme. Para variar, el gasto subió un 61 por ciento.
México es uno de los países donde las elecciones son más caras. No se entiende ese derroche.
Lo que quisiéramos los ciudadanos es el verdadero combate a la corrupción y a la impunidad.
Alexandra Sánchez Seabrook
Tlalpan, DF
Burla para los mexicanos
La educación en México está rezagada por décadas. Nuestros hijos o nietos están en manos de seudomaestros que lo único que enseñan es a vandalizar, destruir, quemar, robar.
Es increíble que ninguna autoridad les ponga un alto. Ya sea en Oaxaca o en Guerrero, siguen cometiendo actos de barbarie, faltando a su trabajo cuantas veces se les antoja. Pero, pensándolo bien, ¿qué pueden enseñar unos delincuentes a la niñez?
Todos esos actos vandálicos cuestan muchos millones de pesos a quienes pagamos impuestos, pero esos sujetos siguen en la total impunidad, amparada ésta por su fiel compañera, la corrupción.
¿Por qué quieren los seudomaestros seguir manejando la nómina? Porque hay más de 16 mil "fantasmas" muy vivos para recibir su sueldo. ¡Una gran burla para los mexicanos!
Alfonso Jaimes López
Benito Juárez, DF
Puro despilfarro
Hay dos Méxicos: uno, el real, el pobre, el violento, el indolente, en el que reina la indisciplina, en el que todo mundo hace lo que le viene en gana, en donde queman y rompen todo y no se aplica la ley, políticos ladrones a los que no les pasa nada y que presumen sus riquezas con gran desparpajo. O sea, un México violado, sin Gobierno, sin control, con reformas del primer mundo, todas firmadas, pero que no sirven, al contrario, encarecen todo, y nadie hace nada.
Y el otro México, frívolo, saraos por todos lados, el lujo, los informes de Gobierno escandalosamente caros, el máximo exhibicionismo, no hay límites...
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