Cartas del Lector / Desvergüenza

AutorSamuel Béjar / Navidad, Cuajimalpa, DF

En el caso de Eliot Spitzer, ahora ex Gobernador de Nueva York, tocará a las autoridades estadounidenses determinar si su encuentro sexual con una prostituta constituye, o no, un delito. Pero, más allá de las consideraciones legales del caso, es interesante analizar los aspectos éticos y morales del mismo.

El encuentro sexual entre Spitzer y una sexoservidora fue un acto consensual y voluntario entre dos adultos, sin víctimas ni victimarios. Si acaso, las afectadas serían la esposa e hijas del ex Gobernador, pero ese es un problema íntimo y familiar que sólo atañe a la familia Spitzer.

Durante toda su brillante carrera política, Spitzer se ostentó (y actuó) como un furibundo cazador de malhechores, basado en un discurso moralista que denunciaba como criminales a quienes "traicionaban la confianza del pueblo". Ahora es el propio Spitzer quien se convierte en protagonista de un escándalo en el que, sin duda...

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