Cartas a Estado / Nos enfermamos de nosotros mismos

El lunes por la noche mi hija de 14 años tenía 40 grados de temperatura, tos y dolor en la cabeza y en el cuerpo.

Alarmado, la llevé a la clínica más cercana del IMSS en Nicolás Romero: "San Ildefonso". Confié en los mensajes del secretario de Salud y del Presidente en el sentido de que seríamos atendidos con eficacia y eficiencia.

Por un instante se me olvidó el país en el que vivo y soñé con el país de la televisión. Pronto me despertaron:

  1. La recepcionista me hizo llenar un formulario, mientras me tranquilizó con la piadosa expresión "...a ver a qué horas pasa porque tenemos mucha gente". Le pregunté si alguien más tenía síntomas de influenza: "No, pero por algo están aquí", contestó como quien explica la clase a un deficiente mental.

  2. A los 20 minutos tuve la gracia de pasar para que comprobaran mi dicho y el evidente mal estado físico de mi hija: "Es cierto, tiene temperatura", me dijo la enfermera y acto seguido me improvisó de enfermero para ponerle fomentos a mi pequeña, "mientras vemos quién le atiende". Había pasado una hora desde que llegamos cuando un médico hizo una...

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