La carta que puso en riesgo al obispo de Apatzingán

MEXICO, D.F., noviembre 4 (EL UNIVERSAL).- Esta es la carta que puso en riesgo al obispo de Apatzingan, Michoacán y por la cual lo resguarda ahora la policía Federal.

Al Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Apatzingán y personas de buena voluntad:

"¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme?" (Hab 1,2).

Tal pareciera que el profeta estuviera denunciado la situación que se está viviendo en el país, en el Estado de Michoacán y concretamente en nuestro querido Valle de Apatzingán.

Los filósofos nos dicen que para que haya un Estado de Derecho se necesita que éste sea regido por la ley, que nos lleve a la práctica de la justicia, y de esta manera dar seguridad y bienestar al pueblo. La justicia conduce a la paz, donde se viven valores tan fundamentales como la alegría, la fraternidad, el amor, el respeto a la vida, la libertad y el trabajo. Todo esto tiene como resultado el desarrollo, la prosperidad y el bienestar para toda la comunidad social.

Su contraparte es el Estado Fallido, donde hay ausencia de la ley y la justicia provocando inseguridad, miedo, tristeza, ira, desconfianza, rivalidades, indiferencia, muerte y opresión. Cuando no hay justicia, tampoco hay paz, ni desarrollo, ni prosperidad, ni bienestar en la sociedad.

El Estado de Michoacán tiene todas las características de un Estado Fallido. Los grupos criminales: Familia Michoacana, Zetas, Nueva Generación y Caballeros Templarios, principalmente, se lo disputan como si fuera un botín. La Costa: para la entrada de la droga y los insumos para la producción de las drogas sintéticas; la Sierra Madre del Sur y la zona aguacatera: para el cultivo de mariguana y amapola, el establecimiento de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y refugio de los grupos criminales.

Las ciudades más importantes y todo el Estado: para el trasiego y comercio de la droga, "venta de seguridad" (cuotas), secuestros, robos y toda clase de extorsión.

Nuestro pueblo de Michoacán tiene años sufriendo las injusticias del crimen organizado, que se han recrudecido en los últimos meses.

Han aumentado los levantones, los secuestros, los asesinatos, el cobro de cuotas se ha generalizado y familias enteras han tenido que emigrar por el miedo y la inseguridad que se está viviendo. En los últimos días se está obligando a líderes sociales y a las personas en general para que firmen y pidan que el Ejército y los...

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