Empresa/ Carpetazo

AutorAlberto Barranco Chavarría

De acuerdo al informe escrito que le entregará la Dirección de Delitos Financieros de la dependencia al Diputado perredista Alfonso Ramírez Cuéllar, en respuesta a su denuncia presentada hace dos años, la posibilidad de persecución de posibles delitos en agravio del principal banco de desarrollo del país, ya prescribió...

...De ahí el no ejercicio de acción penal al reclamo presentado por éste y su colega Elba Capuchino, seguido

de la clásica orden: "Cancélese el expediente y archívese".

Así nada más... y nada menos.

La paradoja del caso es que el puntal para la denuncia de los legisladores había sido un informe rendido ante la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados por el entonces subsecretario de Hacienda, Martín Werner, a manera de exposición de motivos para justificar la petición de una partida extraordinaria a favor del banco de desarrollo.

El reclamo era por 6 mil 600 millones de pesos, que se inyectarían a la intermediaria a título de capitalización frente al colosal boquete abierto por la irresponsable explosión crediticia

del sexenio pasado, a cuya vera estuvo el Fondo Monetario Internacional a punto de negar su contribución al paquete de rescate del país en 1995.

El documento redactado por el director general de Banca de Desarrollo de la Secretaría de Hacienda, Francisco

Meré Palafox, dibujaba una estructura de merengue en las entidades financieras no bancarias, es decir Uniones

de Crédito, Arrendadoras, Empresas de Factoraje y Entidades de Fomento, en las cuales había apuntalado Nacional Financiera su orgía de créditos redescontados durante la administración

de Oscar Espinosa Villarreal.

Las referencias convocaban al espanto:

Las entidades favorecidas -con la novedad de que al menos 450 de las 527 uniones de crédito existentes hasta 1994 fueron creadas al vapor con apoyo del banco de desarrollo- no tenían reglas de capitalización para riesgos de crédito; no tenían exigencia alguna de clasificación de cartera, es decir obligación de transparentar su grado de solvencia...

...Más allá, naturalmente, no existía obligación alguna de crear reservas preventivas para posibles quebrantos, ni barrera alguna para la obtención de créditos relacionados, es decir autopréstamos.

De hecho, la regla no escrita era aceptar solicitudes de préstamos de los directivos de las intermediarias hasta por 40 tantos de su aportación de capital cuando exhibieran garantías, y hasta 10 cuando éstas brillaran por su...

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