Carolina López/ Sociedad permisiva

AutorCarolina López

Una de las virtudes a la que más se socorre en estos días es la justicia. A diario escuchamos y leemos acerca de ella. Si se comete un crimen, de inmediato la opinión pública reclama "se tiene que hacer justicia". Si se descubre algún fraude en instituciones privadas o de Gobierno, surgen las voces diciendo "que se haga justicia".

Es interesante pensar en las razones por las que la virtud de la justicia está de moda y en cambio una parte importante de ella -la obediencia- no le está.

Da la impresión de que la obediencia se ha convertido en una especie de sensación incómoda de tener la propia voluntad dominada por el poder de otra.

Hay quienes piensan que al obedecer están sacrificando su propia voluntad. Otros más creen que obedecer supone la negación de la propia libertad y creatividad.

Incluso, hay padres de familia que ni siquiera toman en cuenta a las autoridades escolares de sus hijos y jamás aceptan que se cuestione la conducta de sus retoños.

Y existen maestros con dudas sobre hasta dónde intervenir cuando presencian actitudes negativas de los alumnos dentro y fuera del salón de clases.

Lo anterior viene a colación por el llamado que hizo a sus alumnos el Rector del Tec de Monterrey a conservar los "valores naturales" del Sistema Tec.

En un mensaje vía satélite, Rafael Rangel Sostmann dijo esta semana que por los comentarios reincidentes de parte de profesores y personas externas sobre la pérdida de los "valores naturales" en el instituto, como el respeto y la disciplina, era necesario hablar del tema y no negarlo.

El Rector habló claro y directo a estudiantes y maestros y expuso algunas de las causas por las que la conducta en el Tec se ha ido "relajando", según los comentarios que ha recibido. Además, aseguró que este desorden es un problema generalizado en todos los campus Tec del País.

En marzo, el vicerrector David Noel Ramírez, en una conferencia impartida durante el Congreso de la Familia, también abordó el problema.

Mencionó, entre otras cosas, que el Tecnológico de Monterrey tiene una generación de jóvenes comodinos, de jóvenes que no quieren esforzarse para conseguir las cosas. Estudiantes que lo quieren todo resuelto.

También el Rector de la UdeM, Francisco Azcúnaga, ha señalado que los alumnos de hoy, por el ambiente que los rodea, están sujetos a una serie de estímulos que no les favorecen a su educación.

El director del Instituto Irlandés de Monterrey, Leonardo Núñez, no se cansa desde hace años de señalar a los padres...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR