¡Carnicería humana!

La primera caída: violencia e insultos en cantidades monstruosas. La segunda: sangre y golpes prohibidos. La tercera: un mártir llamado Ringo Mendoza, con el rostro despedazado y la conciencia perdida, luego de recibir un infinito repertorio de azotes ilegales, en compañía de Salomon Groundy, Emilio Charles y Lízmark, por parte de Satánico, Fuerza Guerrera, Black Warrior y Villano III.

Una tempestad abatió ayer la Arena Coliseo, en el enfrentamiento de 'relevos atómicos' obtenido por los limpios. Concluido el inenarrable choque humano, el cuadrilátero era la prueba viva de media hora de terror. Charcos de sangre en la lona, gotas de sangre en el piso del recinto, huellas de manotazos sangrientos sobre las butacas.

La naturaleza impredecible de la disciplina de los saltos mortales y las llaves, trajo como única secuela deportiva el reto de Ringo Mendoza a Satánico, por el Campeonato Universal de Peso Medio del Consejo Mundial de Lucha Libre. El resto, fue una carnicería.

Desde el primer episodio quedó claro que la película tendría dos protagonistas: un veterano amado por el público, técnico obsesivo, llamado Ringo Mendoza; y otro, un viejo zorro, repudiado por la mayoría: Satánico. Fuerza Guerrera, Warrior y Villano III fueron simplemente la comparsa del mal. Charles, Salomon y Lízmark, debieron olvidar el papel de estrellas de combates anteriores, para defender al 'hermano' en pena.

Groundy fue esencial para el triunfo parcial, al dejar caer su tonelaje cuatro veces seguidas sobre la humanidad de Villano y dar pie a que sus coequiperos aplicaran una tercia de cangrejos letales. En el segundo episodio comenzó la barbarie. Mendoza fue sangrado de la frente y el cráneo, y llevado a la fuerza hasta una de las butacas, donde recibió una paliza de la 'cuarteta diabólica', que derivó en el empate momentáneo.

En la vuelta final, no obstante Lízmark extrajo sabiduría y técnica en su afán por dirigir la victoria de su equipo y Salomon convirtió en una jerga la máscara del Villano, Satánico cavó su propia tumba al reventar con fuerza de tractor un rodillazo a los bajos de un Ringo de por sí aniquilado. Así, la justicia llegó, después de una guerra luchística de un primitivismo atroz.

Semifinal limpia

Cientos de pesos, miles quizá, llenarán los...

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