Carmen en el Auditorio Nacional

AutorHaydé Murakami

Difícil decir a puro ojo cuánto disfrutó el público del montaje de la ópera Carmen en el Auditorio Nacional después de cuatro horas de padecer los estrechos asientos del recinto de Reforma que, dicho sea de paso, agotó las localidades.

Aunque suficiente aplauso y evidencia de aprobación fue que la gente, a pesar del dolor de espalda, que era tema obligado de conversación de cada entreacto, aguantara hasta presenciar la tragedia de la desdichada y ligera gitana de Bizet y Merimée que enfrentó su destino sin chistar.

Fernando de la Mora y María Luisa Tamez hicieron lo suyo y dieron voz y vida al atormentado Don José y al objeto de su arrobada pasión como ambos saben hacerlo en México o en Europa: profesional y entregadamente.

La soprano Lourdes Ambriz sedujo con su canto a un Auditorio Nacional que recibía a cientos de conocedores y primerizos dispuestos a probar esta forma de acercarse a la ópera y quizás de aguantar los problemas de...

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